El arte de no caerse de la ola

La nueva edición del Índice de Irascibilidad Social (IDI), con datos de noviembre reafirma la recuperación del humor social con un incremento de un punto respecto de la medición de octubre y ubicándose en -4, un valor casi idéntico al máximo histórico de la serie (-3 en mayo). 

El IDI se diseñó a partir de considerar variables tradicionalmente llamadas blandas y que sirven para anticipar el estado de la opinión pública y los niveles de tolerancia que luego se materializan en clave electoral. Es elaborado mensualmente por Casa3, publicado en exclusiva por Seúl y se construye a partir de nueve variables que miden actitudes y opiniones de los argentinos respecto a su estado de ánimo, situación económica personal, del país y a la performance gubernamental, entre otras. Como resultado de las nueves variables se obtiene una única magnitud que varía entre -100, que supone el nivel máximo de descontento, y +100 que refleja el máximo nivel de conformidad posible.

La mejora del IDI de este mes consolida la tendencia alcista de la medición anterior. Vale aclarar que el índice tiene en el centro los sentimientos de la gente y no el desempeño del Ejecutivo Nacional. Aunque la incertidumbre continúa ocupando un lugar en el podio de los sentimientos que más identifican el estado de ánimo, este mes creció la esperanza y cayeron las sensaciones negativas (miedo, bronca, angustia). 

Para entender la marcha sostenida del IDI hacia los números positivos, es importante prestar atención al desempeño de los distintos indicadores. En primer lugar, las expectativas positivas respecto de la situación económica del país aumentaron 4 puntos frente a octubre, pasando del 41% al 45%. El porcentaje de gente que cree que el país estará peor cayó de forma pronunciada. 

Esta mejora se da luego de una serie de anuncios económicos que en palabras del propio Presidente son “todas buenas noticias”. Se confirmó la tendencia a la baja de la inflación (2,7% fue el IPC del mes de octubre), se eliminó el Impuesto País para algunos bienes y se liberaron en parte las compras en el exterior. Es lógico entonces, que el porcentaje de gente que cree que el gobierno sabe cómo resolver los problemas económicos y considera que lo está haciendo se haya mantenido estable alrededor del 50%. 

En este contexto, el miedo a perder el empleo continúa bajando, a lo que se le suma que el 47% de los encuestados considera que el Gobierno será capaz de sacar al país de la recesión económica, un indicador que confirma la mejora en las expectativas, pero que debe matizarse con la, aún difusa, recuperación de la microeconomía, un dato que convive con que el 41% de los encuestados piensa que las cosas cambiaron para mejor desde la llegada de Milei al Ejecutivo, el 45% que las cosas cambiaron para peor (solo el 9% considera que no hubo cambios).

Los jóvenes bancan

Al igual que en las mediciones anteriores, los jóvenes de 16 a 29 años continúan siendo el segmento etario en el que mejor performa el índice, consolidándose como el principal sostén del gobierno y del humor social.

 Aún cuando el IDI continúa desempeñándose mejor entre hombres que entre mujeres, la brecha entre ambos géneros experimenta una tendencia hacia la convergencia. En noviembre, la irascibilidad social empeoró levemente entre los hombres, pero se recuperó entre las mujeres. Esta diferencia, que en octubre llegó a ser de 22 puntos, ahora bajó a 16. 

Un rápido análisis por nivel socioeconómico muestra que la clase baja evidencia por cuarto mes consecutivo una clara mejoría, abandonando por primera vez en el año el espectro de números negativos. Dado que en Argentina la inflación es si no el mejor, uno de los mejores indicadores para explicar el comportamiento de una sociedad de cara al Gobierno, la baja sostenida del índice de precios y el crecimiento del salario real, dos elementos importantes para una clase baja golpeada, podrían ayudarnos a entender la mejora del IDI en este segmento y también señalar una ampliación de la base social del Gobierno.  

La esperanza continúa siendo el sentimiento que define el estado de humor de la mayoría de los argentinos, la base de sustentación que el Gobierno ha conseguido es importante, su principal activo es el apoyo de la opinión pública y  su ancla política principal es la sociedad, una sociedad que aún no ve que la recesión haya terminado.  

Esta mejora del humor social advertida por el IDI encuentra su correlato en el último Índice de Confianza en el Gobierno que hace Poliarquía para la Universidad Torcuato Di Tella, cuya recuperación demuestra que la gente continúa confiando en el Ejecutivo y mantiene viva la esperanza de vivir en un país mejor, pero que no deja por eso de exigirle cosas a la administración libertaria. 

La opinión pública valora la baja sostenida de la inflación, la reducción del déficit y la mejora del riesgo país. El Gobierno está cumpliendo con su principal promesa de campaña pero se vuelve imperativo que muestre cuál es el plan para salir de la recesión, un plan que tenga efectos concretos en la vida cotidiana de los ciudadanos acompañado de un discurso que sintonice con la realidad de los argentinos. 

Lo sucedido las últimas semanas en el Congreso constituye una señal de alerta de cara a las elecciones, que el Gobierno no puede ignorar en un inminente escenario electoral.

La forma en la que el Gobierno construya el plan de salida del parate económico y el relato que cuente serán clave. La sociedad se muestra expectante, esperando que el Ejecutivo delimite la estrategia a seguir después de esta primera etapa de estabilización. Todavía tiene margen de acción, la marcha del IDI, el aumento de la esperanza, así como también la valoración sostenida de su gestión y la imagen positiva del mismo Presidente indican que hay tiempo. 

El relevamiento para la edición actual se realizó durante el mes de noviembre, con 1547 casos a nivel nacional utilizando una metodología mixta y con un margen de error de +/- 2.5%.