El relevamiento de junio arrojó un Índice de Irasciblidad Social (IDI) de -0,04 y mostró por primera vez, desde su lanzamiento en marzo, un deterioro en el humor de la Opinión Pública respecto a la gestión de gobierno. En mayo, el IDI había dado un resultado de -0,03.
El IDI, que es elaborado por Casa3 y publicado en exclusiva por Seúl cada mes, se construye a partir de nueve indicadores que reflejan actitudes y opiniones de los argentinos respecto a su situación personal, a la situación del país y a la performance gubernamental. Cada uno de estos nueve indicadores se ponderan y convergen en una magnitud única, el IDI, que varía entre -1 (máximo descontento) y +1 (máximo apoyo). La encuesta de la que surgen los datos abarca unos 3.000 casos a nivel nacional recolectados a partir de una metodología mixta.
Esta caída en el IDI puede atribuirse a diferentes factores económicos claves que preocupan a los argentinos. Si bien una mayoría cree que la inflación está bajando (50%) y que el Gobierno está solucionando el problema de la inflación (52%), este tema aún persiste en el Top 3 de principales problemas del país, junto con la situación económica y el desempleo. En sintonía con el reciente informe del INDEC, que revela una tasa de desempleo del 7,7% para el primer trimestre y las adversas proyecciones para fin de año, observamos un significativo aumento en la preocupación de los argentinos. En enero, la inquietud rondaba el 5% y en menos de seis meses ha escalado al 11% equiparándose con la inflación a la hora de mencionar el principal problema del país.
La preocupación por la actividad económica también se refleja en la situación de los salarios: el 51% de la población declara que no le alcanza para llegar a fin de mes y un 32% que le alcanza con lo justo. En sintonía con esto, un 31% ha experimentado una disminución en sus ingresos en el último tiempo. A pesar de la esperanza depositada en el gobierno libertario, sostenida en parte por la baja en la percepción de la inflación, emergen nuevas demandas, como la reactivación del empleo y la eliminación del cepo, esta última apoyada por el 55% de los consultados. Estos son los nuevos desafíos que enfrenta el Gobierno para sostener la confianza y la estabilidad económica.
En esta edición se observan, además, retracciones tanto en las expectativas económicas personales como a nivel país. Además se deteriora la percepción de la capacidad del Gobierno para resolver los problemas económicos. Además, la adjudicación de la responsabilidad del empeoramiento económico crece en Milei respecto a Massa. Resultará entonces interesante seguir la evolución de esta variable en particular, ya que a partir de la aprobación de la Ley Bases la expectativa de que el Gobierno logre solucionar estos problemas crecerá inevitablemente. Por último, y en menor medida, se observa una disminución leve en lo que a resignación de consumos se refiere.
En paralelo hay un marcado crecimiento de la “esperanza” como el sentimiento que mejor describe el estado de ánimo respecto al futuro del país, aunque este repunte no alcanza para contrarrestar el impacto negativo del conjunto de indicadores señalados antes.
Los jóvenes de 16 a 29 años siguen siendo el segmento dilecto que sostiene esta gestión: su IDI no solo ha mejorado de mayo a junio (+0,07 a +0,12), sino que es el único segmento sociodemográfico que se ha mantenido con signo positivo a lo largo de las cuatro mediciones. Contrariamente, el segmento de más de 66 años, si bien se mantiene como el segundo grupo etario con mejor IDI, exhibe un marcado retroceso respecto al último relevamiento (de +0,01 a -0,05).
Más allá de los jóvenes, hay una parte de la base electoral de Milei y LLA que está empezando a verse tendencialmente resentida. Observamos que el IDI empeora entre sus votantes en el balotaje, y paralela (y sorpresivamente), mejora desde marzo entre los votantes de Massa, aunque sin revertir por supuesto su signo negativo.
Principalmente, el gobierno está perdiendo terreno en: hombres, que muestran el peor valor en otra la serie (-0,03); el nivel social alto, que cae marcadamente y por primera vez exhibe un IDI negativo (-0,05), y, en menor medida, los votantes de Juntos por el Cambio en las elecciones generales de 2023, cuyo IDI cae en términos comparativos cae más que el votante duro de LLA (+0,39 a +0,35 vs. +0,45 a +0,43).
En julio el Gobierno enfrenta un mes crucial: encarrilada la inflación (al menos en la percepción de la gente) y con la Ley Bases sancionada, la opinión pública se muestra expectante a los resultados concretos habiéndose superado lo que se entendía como “obstáculos” de la gestión. De acá en adelante, la comunicación de señales positivas respecto al rumbo económico será crucial para consolidar apoyos y no defraudar a quienes han venido prestando su aval desde el 10 de diciembre de 2023 a la actual gestión mes a mes.
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