LEO ACHILLI
Domingo

Cuánto dura el apoyo a Milei

Presentamos el Índice de Irascibilidad (IDI), que medirá el estado de ánimo de la sociedad y publicaremos todos los meses en Seúl.

En un clima de cambio político sin precedentes en Argentina, la llegada de Javier Milei al poder marcó el inicio de una nueva era. No solo reconfiguró el sistema político, sino que también introdujo un estilo de gobernanza novedoso, que desafía las estructuras políticas tradicionales, la comunicación política y la manera en la cual los profesionales de la opinión pública debemos captar y analizar la opinión de la sociedad.

A pesar del contexto de crisis y malestar, el Gobierno está recibiendo un sólido respaldo en estos primeros meses. Este respaldo se sustenta en cuatro pilares fundamentales: el monopolio de la agenda de comunicación, mediante anuncios diarios que provocan la conversación del día; la identificación de un enemigo claro: todos aquellos que se oponen al cambio; una narrativa que genera esperanza al final del camino; y una oposición desdibujada, cuyos representantes tienen bajos niveles de imagen pública.

La variedad de apoyos que recibió la nueva administración indican una aceptación de las políticas de Milei como potencialmente transformadoras para la economía argentina. Sin embargo, la duración de este apoyo está en juego. El país se enfrenta a una disyuntiva crítica: evaluar si este nuevo enfoque, que privilegia al mercado sobre las políticas estatistas tradicionales, puede efectivamente abordar los desafíos estructurales de largo plazo.

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Por eso, es fundamental entender hasta cuándo y de qué depende el apoyo al Gobierno. Las variables que usamos los profesionales de la opinión pública en los últimos 20 años requieren un replanteo y la necesidad de ser comprendidas de manera integral. En esa línea, los índices nos ayudan a interpretar fenómenos sociales, en este caso la irascibilidad o conflictividad social, de manera resumida y nos permiten hacer un seguimiento de su evolución a lo largo del tiempo, moderando movimientos bruscos que pudieran presentar algunos de los indicadores considerados por separado.

Por otra parte, el hecho de estar lejos de las elecciones de 2025 y la imprevisibilidad de la oferta electoral dificulta hoy tener un marco de estudio más sólido. Casos recientes en América Latina muestran que el hartazgo puede dispararse por medidas que parecen menores pero que sintonizan con un nivel alto de susceptibilidad y cansancio por parte de los ciudadanos. En este contexto, decidimos crear el Índice de Irascibilidad (IDI) con la intención de que se convierta en un barómetro de la sociedad argentina.

Qué es el IDI

Construido a partir de estudios sistemáticos de opinión pública, el IDI toma, pondera y sintetiza nueve variables clave: la evaluación del desempeño gubernamental, las expectativas económicas personales, la disposición a marchar a favor o en contra del Gobierno, el estado de ánimo frente al futuro del país a partir de la gestión Milei, el grado en que el ingreso familiar alcanza o no para cubrir los gastos, la imputación de responsabilidad sobre la situación económica, las expectativas a nivel país, el nivel de resignación de consumos habituales y la evaluación de la capacidad del Gobierno para resolver los problemas económicos.

Tras el análisis de los datos asignamos puntuaciones que reflejan el grado de apoyo o rechazo hacia la gestión nacional. Fluctuando entre -1 (menos uno) y +1 (más uno), donde -1 es el valor máximo que puede alcanzar el conjunto de actitudes, predisposiciones y opiniones en contra del gobierno y +1 es el valor máximo que obtendrían las posiciones a favor. El 0 (cero) implica una situación a mitad de camino entre ambos extremos. El IDI no solo captura las opiniones generalizadas, sino también la intensidad de estas percepciones a lo largo del tiempo. 

Empezamos a medir estas variables hace unos meses y las fuimos refinando, para que los resultados no tuvieran sesgos y sean lo más estables y representativas posible para poder construir un índice útil en el tiempo. En marzo hicimos la medición consolidada por primera vez, que repetiremos todos los meses y cuyos resultados publicaremos en Seúl.

El primer IDI dio en marzo un valor de -0,06, es decir, casi a mitad de camino entre el valor máximo y el valor mínimo, reflejando un estado de crispación social cercano a la “neutralidad”, con una muy leve tendencia de rechazo hacia la gestión nacional. Sin embargo, los resultados muestran una dispersión significativa, especialmente si segmentamos a los consultados por su voto en el balotaje de 2023 entre Milei y Sergio Massa. Entre los votantes de Milei se registra un IDI de +0,42, de significativo apoyo, mientras que los de Massa muestran un índice de -0,65, conformando la posición más intensa en términos de la profundidad de sus actitudes (en este caso refractivas a la administración libertaria).

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Segmentado por género, el IDI también muestra diferencias, aunque menos significativas. Los varones parece estar levemente satisfechos con la situación (+0,04) mientras que las mujeres parecen algo más preocupadas (-0,15). Segmentado por edad, son los jóvenes (18-29 años) quienes tienen actitudes más positivas sobre el momento del país (+0,16), mientras que las otras generaciones están en terreno negativo.

Nuestro objetivo es que en los próximos meses el IDI permita tener una perspectiva esencial sobre cómo están reaccionando los ciudadanos ante la evolución de la situación política y económica. Mientras el país se enfrenta a cambios radicales, este índice podrá ayudar a prever el clima social y político, permitiendo anticipar posibles estallidos de descontento o, por el contrario, consolidar el apoyo necesario para las reformas propuestas.

La gestión de Milei y la respuesta de la población a su gobierno constituyen un estudio de caso fascinante sobre el impacto de las políticas liberales en una sociedad que clama por cambios. El IDI no sólo ilustra las corrientes subterráneas de esta transformación, sino que también advierte sobre los retos que podrían desestabilizar estos audaces nuevos comienzos.

 

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Mora Jozami

Licenciada en Relaciones Internacionales. Analista de opinión pública. Directora de Casa3.

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