Sobre “Neoliberalismo de izquierda”, de Santiago Armando”
No es mi intención discutir el artículo sino señalar dos falencias que encuentro:
1- No se sostiene que la mediana (claramente definida como tal en el mismo artículo) pueda ser índice de algo: el valor máximo del ingreso modifica la mediana de una forma que no guarda correlación con el resto de los ingresos. Así por ejemplo si el CEO de Aerolíneas Argentinas pasara a ganar el doble M’=2M por un decreto “amistoso” del presidente de la Nación , la mediana aumenta en proporción M/(M+m) donde m es el ingreso mínimo, esta variación se aproxima rápidamente al 100% (el doble) , si m es mucho menor que M (por ej., 5 , 10 veces ). Ergo, bastaría aumentar el sueldo de un burócrata para cambiar los destinos de un país. Seguramente si se tratara del valor medio (el promedio) de todos los ingresos, tendría más sentido.
2- La respuesta sobre porque los supermercadistas reemplazan a sus cajeros por mecanismos automáticos NO es la falta de mano de obra no calificada sino el menor costo y mayor eficiencia de los mecanismos automáticos. No reconocer esto significa ignorar que estamos en la era del “fin del trabajo”, el fin de las tareas manuales repetitivas e incluso la suplantación creciente por medios automatizados de ciertas actividades en profesiones insospechadas (medicina, abogacía). El capitalismo ha cambiado, en este siglo XXI ya no es el del siglo XIX. Si a decir de Marx el capitalismo “producía a sus propios enterradores” (los obreros), la dinámica de innovación del capitalismo (algo que Marx deja entrever y celebra en diferentes ocasiones) está terminando de enterrar a sus enterradores. Un liberalismo de izquierda no puede a mi entender prescindir de estas nociones.
Gracias por su atención. Saludos cordiales,
—Pablo E. Balonga
Sobre “Seamos el cambio que proponemos”, de Fabio Quetglas
Soy una ciudadana común, sin partido político, podría ser ejemplo o referente de aquellos que, como yo, están cansados de que nos llamen para votar y no nos atiendan cuando los necesitamos. Somos eso….un DNI que suma votos. Por eso y porque tuve la oportunidad de conocer al diputado Fabio Quetglas sé que habla con el corazón. Que de verdad “lo ha comprendido todo”. Nuestro cansancio, nuestra desilusión. Con un solo diputado así no conseguiremos el cambio que queremos, pero resulta invalorable que alguien quiera contagiar este espíritu.
Sus palabras no sólo no ofenden, sino que construyen y llaman a la unión, unión aún en las diferencias. Unión cuando el barco se va a pique y es indispensable sumar y no restar. Quisiera muchos Fabio Quetglas en nuestro Congreso, sin importar cuál es su color político. Sólo nos tiene que importar que al ocupar una banca les importe la gente y no sus intereses personales. Es tiempo de paz, de amor y de diálogo. De construcción. Aunque la gran mayoría lamentablemente no lo comprenda. Cada una de sus palabras me representa. Ojalá él con su acción pueda contagiar a muchos y seamos el cambio que queremos.
—Gabriela Covelli
Sobre las notas acerca de la Guerra de Malvinas
“El patriotismo es el último refugio de los canallas” – Samuel Johnson
…y de ignorantes nacionaloides. Por ejemplo, lo que los pseudo patriotas sostienen, el odio a los británicos, de histórica matriz hispánica, podría aplicarse a Artigas, que con clarividencia impidió que Uruguay siguiera siendo argentino; como los paraguayos, que en su aislacionismo caudillesco también rechazaron su pertenencia a las “Provincias Unidas”, y más aún cuando hablamos de Bolivia, cuya salida del virreinato significó la pérdida de la salida al Pacífico (nuestra “conquista del nor…Oeste”), que entre otras cosas significó el aislamiento, abandono, miseria y postergación eterna de las provincias del Norte. Sarmiento, Mitre, y otros mandatarios rioplatenses, especularon alguna vez con reclamar la recuperación de esos territorios de las Provincias Unidas (provocando el recelo no de Inglaterra o Europa en general, sino del Brasil).
La verdadera pregunta, debería ser por qué los habitante se las islas prefieren seguir siendo ingleses. ¿Patriotismo? Puede ser, al menos en términos sentimentales, pero además por obvia e inevitable praxis. ¿Para qué entenderse con un país cuyos gobierno enseña a odiarnos, por ingleses? Y un dato esencial: durante breves períodos, los isleños enviaban a sus hijos a estudiar a la Argentina, venían aquí por emergencias médicas y demás intereses obvios, en lugar de tener que pensar en ese largo viaje hacia Londres para atender asuntos locales. Si valiera la pena “ser argentinos”, habría en las islas quienes lo asumirían como eventual ventaja, quizás ejerciendo doble nacionalidad, como lo es para muchos argentinos con pasaportes de los países de origen de sus padres y abuelos.
Hasta el golpe de manos que separó a Tarija de Salta, Güemes seguía siendo “protector de Antofagasta”, por decisión de sus habitantes. O sea, la salida al Pacífico. Y por último, si “patriota” es quien defiende la tierra donde nace, deberíamos respetar el “patriotismo” de quienes, habitando aquí (como sucede en Chile), niegan a la Argentina; o sea los descendientes de los pueblos originarios, unos cuantos de los cuales reclaman que su “patria” es una idea anterior, una tierra sobre la cual reivindican derechos varios. En síntesis: lo que los gobiernos (democráticos) argentinos deberían haber hecho, siempre y hasta ahora, era, es, convencer, seducir, dar pruebas de buena fe a los habitantes de las islas, para demostrar la conveniencia de aceptar un comienzo de integración mutuamente satisfactorio. Y “patriótico”.
—Luciano
Sobre “Tilingas, burguesas, desclasadas”, de Valeria Castelló-Joubert
Por fin alguien habla con la verdad y desprejuiciadamente sobre la miopía de los críticos y divulgadores de cultura comme il faut. Totalmente de acuerdo con Valeria Castelló. Ya vemos que la grieta viene desde hace rato y sigue canonizando a unos y demonizando a otros de un lado y del otro. En este último caso, quizás Arlt y Marechal fueron también injustamente ninguneados. Felicitaciones a la autora por su claridad y especialmente por su coraje para abrir el debate
—Rosario Aguerrebere
Sobre “Amigos encontrados en La Bombonera”, de Nolan Roda Galindo
Hermosa y emotiva nota del amigo venezolano.
Un gusto leerlo.
Gracias, Nolan.
—Carlos Briglia
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