Desde que se conoció su desaparición, hace dos semanas, el caso de Cecilia Strzyzowski conmocionó a toda la provincia de Chaco. Dio vuelta no solamente el escenario político, también el social. Todos en la provincia sabíamos que había impunidad, todos sabíamos que había abusos, que a alguien, por ejemplo, le cortaban una beca por no ir a una marcha. Muchas veces hubo acusaciones más fuertes, como presuntas redes de trata y demás. Pero nunca, para la mayoría de los chaqueños, había quedado todo tan expuesto, tan claro. A Cecilia no solamente la asesinaron (según lo caratulado por la causa que lleva el fiscal), sino que aparentemente tuvieron una alevosía y una frivolidad para deshacerse de su cuerpo dignas de una película de terror. Eso conmocionó completamente a la provincia.
Todo lo que se dice en los grupos de Whatsapp, en la calle y en los ambientes políticos está vinculado al caso. Es de lo único que hablamos. Los detenidos Emerenciano Sena y su mujer Marcela Acuña son precandidatos en la elección de hoy a diputado provincial y a intendenta de Resistencia, respectivamente, en la boleta del gobernador peronista Jorge Capitanich. Esta gente ha sido avalada de principio a fin por este gobierno a través de un sistema de impunidad construido para que puedan tener a la gente de rehén y quitarles la dignidad, para que administren fondos del Estado como si fueran propios.
Emerenciano apareció a fines de los ‘90 por unas inundaciones que hubo, cuando empezó a cortar calles. Durante los gobiernos radicales de Ángel Rozas y de Roy Nikisch (entre 1995 y 2007) era un dirigente que hacía piquetes pero que, realmente, no tenía influencia. Formaba parte de una de las tres, cuatro o cinco organizaciones sociales que existían y no juntaba más de 15 o 20 personas. Era poco relevante.
Con el gobierno de Capitanich, a partir de 2007, esto cambió drásticamente. Acá sí se hacen extremadamente conocidos, los conoce todo el Gran Resistencia. Acá es donde ellos centralizan su armado político con escuelas de gestión social, en las que tienen a no docentes dando clases. Esto llegó a los medios nacionales: los casos de adoctrinamiento con una currícula que no responde a la que está estandarizada y no está consensuada a través de los núcleos prioritarios de aprendizaje del Ministerio de Educación, porque estas escuelas de gestión social no están reglamentadas.
Los recursos públicos son utilizados directamente y cartelizados de manera proselitista para amigos del poder y para partidos políticos que participan dentro de su alianza.
Tienen su propio barrio, el Barrio Emerenciano, en el que además de las escuelas tienen su propio centro de salud, que también está construido con personal pagado por fondos públicos pero administrado por la organización. Y también están los programas de vivienda, pagados por el Estado a la organización pero cuyos títulos de propiedad quedan a nombre de Emerenciano y su familia. No son sus residentes los dueños de las casas: así tienen a la gente de rehén y, en el momento en que incumplen con algo, los amenazan con desalojarlos.
El caso de Cecilia, más allá del drama personal y el de su familia, desnuda muchos de los problemas estructurales de la provincia. Muestra que los recursos públicos son utilizados directamente y cartelizados de manera proselitista para amigos del poder y para partidos políticos que participan dentro de su alianza. En Chaco todo el presupuesto provincial tiene un fin exclusivamente electoral. No hay políticas de Estado, no hay gestión. También hay un desorden de prioridades fantástico, porque hay un déficit habitacional muy grande, hospitales sin bisturíes ni medicamentos básicos como diclofenac o antibióticos. Para estas organizaciones, sin embargo, hay todo.
La salud pública y la educación pública están estalladas, la empresa públicasde agua da agua marrón, la de energía aumentó un 100% las tarifas de luz entre gallos y medianoche sin que nadie lo explique. En la obra pública, no importa cuánto dinero pongan, nunca pueden terminar las obras. Todo orientado a socios como Emerenciano Sena, y no a una gestión razonable, eficiente y que pueda darle servicios a la ciudadanía.
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En Resistencia desde hace años hay mucha gente que no se anima a hablar de política o a participar, porque pierde el laburo, porque al primo le quitan el laburo. Tienen miedo hasta de sacarse una foto. Por ejemplo, tenemos un precandidato a intendente en la localidad de Campo Largo, Carlos Alagastino, hoy gobernada por alguien del Frente Renovador. A los pocos días de que se oficializó su candidatura, le avisaron que iba a perder el trabajo y lo amenazaron con que toda su familia también iba a perder el trabajo en la municipalidad.
Es ahora
Yo tengo 27 años. Al igual que un montón de estudiantes, durante mucho tiempo estuve enojado, indignado. Sobre todo en 2019, cuando veía que la esperanza de tener un país distinto se caía. Yo veía que acá en Chaco perdía la oposición por 20 puntos y sentía que prácticamente jugaba para atrás. Era muy triste y desgastante ver cómo el futuro se nos iba esfumando entre los dedos.
En ese entonces, yo tenía una fundación que estudiaba en qué gastaba el Gobierno. Muchas veces entrábamos a los portales de transparencia de la provincia y era extremadamente burdo lo que veíamos, burdísimo. Sentía que Chaco era una trituradora de esperanza, que no había forma de que esto saliera adelante. Ahí empecé a acompañar a mi viejo, que hacía consultas en el interior y hablaba con gente que te contaba las condiciones en las que vivían, te contaba lo que les pasaba, los problemas tan básicos que tenían y entendía que las soluciones eran políticas y extremadamente simples, que se necesitaba que alguien tuviera la decisión de hacerlas. Muchas veces la solución estaba a una resolución de distancia.
En 2021 con mi equipo, un grupo de jóvenes liberales, decidimos conformar un espacio y entendimos que necesitábamos una coalición amplia para ganarle a Capitanich, que es el peor gobernador de la historia democrática de Chaco. Y decidimos participar de las elecciones dentro de Chaco Cambia, que es el Juntos por el Cambio en Chaco.
Hoy vivimos un momento bisagra. Tenemos la posibilidad concreta de ganarle al peor gobierno de la historia democrática de Chaco.
Este año nos encontramos nuevamente en una competición en las PASO dentro de JxC. Somos una expresión muy renovada dentro de JxC, con una forma mucho más transversal de entender la política, sin caudillismos, que realmente valoro mucho. Leandro Zdero, que es nuestro precandidato a gobernador, es alguien que dice lo que hace. Todos dicen que los jóvenes tienen que participar en política, todos dicen que quieren que estén y todos los mandan al fondo a cerrar con moño la lista.
Hoy vivimos un momento bisagra. Tenemos la posibilidad concreta de ganarle al peor gobierno de la historia democrática de Chaco. Es algo que yo tomo con un nivel de responsabilidad, de esperanza y de convicción muy grande. Estoy convencido de que tenemos todo por transformar en esta provincia, que va a ser muy posible, y también tenemos la responsabilidad, porque hay muchas personas que ponen en esto su ilusión, su esperanza, sus apuestas de vida. Esperan que podamos transformar la provincia, que podamos no solamente generar condiciones para que cada ser humano, único, maravilloso e irrepetible, pueda vivir su vida en responsabilidad, con su plan de vida que elija, sino que también podamos recuperar su dignidad.
Está todo por hacerse
La mayor oportunidad de desarrollo económico, más allá de las que hay hoy en el agro y sus cadenas de valor, es la economía del conocimiento, algo que puede significar fuentes de laburo tremendas para gente que sale hoy del colegio y que se incorpora al mercado laboral. Pero también tenemos que dignificar a las personas para que dejen de depender del sector público.
Esto nos va a demandar mucho trabajo. No solamente hay que hacer una reforma en las currículas del sector educativo, porque hoy tenemos la peor educación del país, sino también hacer un plan de infraestructura escolar orientado en este mismo sentido. Hoy tenés colegios que apenas tienen baño o que, incluso, no tienen baño, o que están en lugares prestados. Esto nos va a demandar un trabajo muy grande.
Y también hay que ver cómo reorientar la formación docente. Hoy muchas veces los institutos de formación docentes están armados por acuerdos entre los intendentes y el gobierno provincial: el intendente pide, a cambio de un favor político, que le pongan un instituto de tal cosa en su municipio. Entonces tenés cuatro municipios que tienen la misma formación docente uno al lado del otro, por lo que tenés muchos más docentes que cupos.
Tenemos que orientar estratégicamente esa formación docente no solamente para que no haya este tipo de acumulación sino también para que estén orientadas hacia los conocimientos en estas nuevas currículas que vamos a necesitar. Así que, sin duda, la mayor oportunidad que tiene nuestra provincia hoy es la economía del conocimiento, que está totalmente virgen.
Alguien que estudia un profesorado piensa en cómo ir a ser docente a otra provincia, los médicos piensan ejercer su carrera en el sur, y así en todos los ámbitos.
Cuando mi abuelo vino para la Argentina desde Hungría en la década del ‘20, lo hizo buscando oportunidades, buscando tierra para trabajar, para salir adelante. Junto con mis bisabuelos se rompieron el lomo trabajando. Trabajaron, pudieron formar una familia, tuvieron sus tragedias, tuvieron sus retrocesos. Mi viejo tuvo una historia de vida que es para una película, al igual que mi vieja. Y ellos trabajaron, se esforzaron toda la vida, pudieron salir adelante.
El problema, lo trágico para nosotros, es que el lugar que eligieron ellos como lugar de oportunidades, hoy ni yo ni nadie de mi generación lo ve así. Alguien que estudia un profesorado piensa en cómo ir a ser docente a otra provincia, los médicos piensan ejercer su carrera en el sur, y así en todos los ámbitos.
Es mi sueño poder terminar con eso. Que recuperemos la dignidad, la esperanza, la libertad de poder elegir de cada persona y que podamos cambiar el chip de esto que sucede. Este gobierno convenció a la ciudadanía de que estamos condenados a la pobreza, de que estamos condenados al subdesarrollo, de que es a lo único a lo que podemos aspirar: a una provincia en la que si vos no tenés una beca, mediada por un puntero que te tiene a punta de pistola prácticamente, no tenés opciones, no tenés oportunidades. Una provincia en la que si vos no conseguís favores, probablemente no tengas ni el propio título de propiedad para tener tu casa. Yo estoy completamente convencido de que nosotros podemos recuperar esto con la decisión política, con el trabajo serio, metódico y los equipos técnicos que tenemos.
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