ELOÍSA BALLIVIAN

Blindarnos, pero no tanto

Las tareas que le aguardan a un eventual gobierno de Juntos por el Cambio son muchas y difíciles, pero se deben hacer de frente a la sociedad.

Sobre “Igual no te van a querer”, de Daiana Molero

(la podés leer acá)

Leí con interés el artículo y, siendo una persona que comparte ampliamente la filosofía de Juntos por el Cambio y estando afiliada al partido, no comparto el punto de vista en forma total.

Creo que una cosa que no hicimos bien en el pasado fue comunicar, y seguimos haciéndolo débilmente hasta ahora. Está claro que la decisión la toma quien gobierna y es quien tiene la responsabilidad de hacerlo. También comparto que hay que olvidarse de los focus groups y hacer lo que hay que hacer para sacar el país adelante.

Aún así no comulgo con la idea de “blindarnos”. No estamos en guerra con la sociedad, debemos liderarla, no “defendernos” de ella. Debe haber un convencimiento nuestro y una explicación de cada medida difícil. Debemos militar cada medida difícil y buscar el apoyo de la ciudadanía y no dar la imagen de que estamos blindados y las balas no nos llegan. Por el contrario, creo que debemos hacer foros, hablar y explicar y militar las medidas y estar abiertos a escuchar a los representados.

Vamos a necesitar que las personas que nos apoyan estén convencidas, que salgan a la calle, que abracen al Congreso, que abracen la Rosada porque para mí es claro que sin ese “apoyo movilizado” va a ser casi imposible hacer lo que hay que hacer y que no nos tiemble la mano.

Es necesario trabajar esa comunicación como nunca antes. Cuando lo planteé en una reunión del partido me dijeron que estaban bien preparados. Lo siento, pero no es así y lo digo como afiliada al PRO, la comunicación es unidireccional, me mandan cosas que supuestamente debo apoyar sin argumentos y sin retroalimentación. Eso no sirve, no es suficiente, no va a alcanzar en vista del caos en el que estamos inmersos. Es decir, me dijeron lo de la comunicación lo estamos haciendo re bien. Permítanme dudarlo y permitan el intercambio de ideas.

Por otra parte se necesita una coherencia que a veces nos falta. El otro día me invitaron a apoyar la continuidad del impuesto de sellos en CABA. ¿En serio? El propio Larreta dijo que lo iba a sacar y ya ha tenido tiempo más que suficiente para evaluar que gastos bajar para no seguir cargando a los sufridos contribuyentes a quienes el sueldo no nos aumentó ni de lejos cómo la inflación. O somos el cambio y estamos por la baja de impuestos o no lo estamos. No podemos permitirnos la falta de coherencia porque la sociedad está a un milímetro del “que se vayan todos”. Me parece que hace falta más reflexión y un plan de comunicación muy importante que debería estar escribiéndose ya, por lo menos en lo que hace a las medidas más difíciles que haya que tomar.

Ojalá aporte para una mayor reflexión. Saludos y espero que logremos todos los cambios que hacen falta y que arrasemos en las urnas. Aunque sé que ganar arrasando tampoco es suficiente para sostener el cambio.

—Mercedes Assorati

 

Excelente nota la de Daiana Molero referente a las invisibles líneas de mando en el Estado.

He podido observar a través de los años que los políticos, al asumir sus funciones, se introducen en una especie de “carpa” protectora y se olvidan —en general— del porqué de su función en el lugar en que están. Si a eso sumamos la gran verdad que comenta Daiana sobre los empleados militantes, tenemos un combo de ineptitud que alimenta y se multiplica produciendo el descreimiento actual en la casta política y sus adláteres, un terrible gasto inútil en secretarías y sus empleados, que nosotros pagamos con nuestros impuestos.

La educación debería enfocarse al concepto de patria, de nación, no sólo para enarbolar la bandera para un mundial, sino enarbolarla todos los días en nuestros puestos de trabajo, especialmente en el Estado. Será muy necesario que el gobierno que gane las elecciones, arme bien sus cuadros y en todos los niveles, todos ellos con gente patriota, que tenga lo que hay que tener y prepararlos de antemano a afrontar las contrariedades, convocando a toda persona con vocación patriótica aunque sea de otro partido y erradicar el partidismo en la función pública.

—Ricardo M Martin

 

Sólo quería agradecer por esta reflexión porque no es menor el enfoque que le da al tema: cuánta fortaleza psicológica, honestidad intelectual y capacidad de acción conllevará la etapa de cambio en caso de ganar las presidenciales Juntos por el Cambio.

Qué importante el cierre de este artículo: blindarnos juntos a través de la autocrítica es lo que nos salvará de la autodestrucción. Y destaco, tras haber leído Para qué, el libro de Mauricio Macri, que tener un equipo de coordinación que ayude a focalizarnos permanentemente en el “para qué” de cada acción será imprescindible para evitar la desintegración de la coalición de JxC.

Gracias y, como siempre, un placer leerlos. Sus publicaciones nos inducen a la reflexión y aportan nuevas miradas.

—Claudia Bértora

 

Me pareció excelente la nota de Daiana Molero, un placer de leer.

Quería agregar algo sobre la tercer dificultad que menciona: “Estar lo suficientemente curtidos y unidos, para no dejarnos amedrentar por las amenazas de afuera y la incomodidad de adentro, de gobernar en un Estado cooptado por una militancia que no reconocerá nuestra legitimidad.”

Si bien ella parece hablar más que nada desde el rol de funcionario, esta dificultad aparece en el área legislativa también. Ya el año pasado vimos como un legislador (Álvaro González) estaba paseando por Europa en vez de estar en sesión, encima en la sesión de presupuesto. Otra legisladora (Gabriela Brouwer de Koning) no estuvo en la siguiente sesión porque estaba paseando por Disney.

Recordemos que los legisladores tienen por lo menos todo enero sin ninguna sesión. Este año pasó lo mismo: algunos ejemplos fueron que Stolbizer desastrosamente se fue en medio de la sesión de presupuesto o Gustavo Santos que estaba de viaje y se perdió la sesión. Hubo leyes que se decidieron a favor por un solo voto en ambos casos.

Mientras uno ve todos los meses familiares, amigos y conocidos irse del país por la falta de futuro, ve que todo esto no tuvo ninguna consecuencia para los involucrados… y es un claro ejemplo de no estar “curtidos”, como menciona Daiana Molero.

Hubo casos también de legisladores que se pasan de partido. ¿Están curtidos los que arman las listas? El que se haya repetido en diputados este año lo mismo que pasó el año pasado hace pensar que no lo están para nada.

—Andrés Glavina

 

He leído esta nota y te felicito por la claridad conceptual y por el análisis detallado de la realidad que está por venir. En tiempos de pirotecnia articulística y mediocridad gramática, leer una nota como ésta es reconfortante.

Me permito sugerir que con lo descripto no basta; a pesar de que no es bueno replicar con la misma técnica (no comerse al caníbal), será necesario crear una task force destinada a instalar otro relato, aunque esta palabra nos asquee un poco.

Es que han sido tanto años de gramscismo puro y duro que la verdad se ha vuelto algo cuestionable, algo que se puede poner en duda, y habrá que demoler el relato perverso que han creado por otro relato, pero basado en la verdad incuestionable. Es así que creo que si el próximo gobierno de Juntos por el Cambio quiere tener éxito, habrá que crear un ejército de comunicadores que mañana, tarde y noche nos inunden con mensajes mostrando el daño de 12 años de populismo, mostrando objetivamente cómo destruyeron todo, empezando por la educación, simiente de todo el resto. Deberá hacerse durante los 4 años que gobiernen y si ganan de nuevo, por 4 años más, de modo de ir disolviendo de a poco los callos mentales que les han creado a los más desprotegidos, a los cuales hipócritamente dicen defender.

Se podrá objetar lo del caníbal, pero la fuerza desatada por el vendaval de mentiras es tan potente que hay que poner un muro de contención no menos resistente y, a la par, comenzar a enderezar el daño que nos han inflingido. Macri fue ingenuo desde el primer día de su gobierno en no mostrar el desastre de país que nos dejaban, y pagó un precio alto por su ingenuidad. No nos engañemos: frente a nosotros tenemos lo peor y más malvado del populismo, que nos arrastrará al barro en cada decisión que tome el nuevo gobierno. No hay lugar para medias tintas: si al barro te llevan, hay que luchar, no se puede tener una actitud zen, hay gente con la cual no se puede dialogar, simplemente porque no quieren dialogar.

Esto es lo que tendrán que explicar claramente no desde el primer día, sino después de las PASO, pues la suerte estará echada allí, seguramente.

Nunca antes en mis 65 años de vida experimento como ahora el sentimiento de que la patria está en peligro,

— Fernando Angiolini

 

 

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