ELOÍSA BALLIVIAN

A favor y en contra de la UBA

Los lectores discuten sobre la nota de Eliseo Brener que criticó los spots de la UBA.

Abrí con curiosidad la nota titulada «El realismo grotesco de la UBA». Su autor es un gran amigo con el que me unen enormes diferencias, unos cuantos enemigos en común y, sobre todo, un gran afecto.

Sabía por algún comentario que vi al pasar en X que no le había gustado la nueva campaña publicitaria de la UBA. Yo vi sólo el aviso del profesor de Física trabajando de mozo y explicando cómo funciona una palanca, etc. Y me gustó y me pareció divertido, y también creo que apuntaba a una cuestión cara a la identidad docente: aunque nos paguen tan poco que tengamos que buscarnos otros trabajos, un profesor siempre va a ser un profesor. Un plomazo que trata de explicar el mundo desde el pedacito de conocimiento que le tocó.

Creo que la publicidad está muy bien porque retoma un viejo mito constitucional del oficio: el de la vocación. Lo hemos hablado, leído, discutido mil veces: nos pagan poco, pero seguimos haciéndolo. ¿Por qué? Porque tenemos vocación. No digo que eso exista en la realidad, digo, ese es el mito y a ese mito identitario apunta la publicidad.

En los ’90, una AFJP realizó una campaña que perduró en la memoria de unas cuantas personas de mi generación. Con 20 años, estábamos lejos del problema del retiro, pero la profesora de francés jubilada que insistía en corregir al mozo su pronunciación de “Château Richelieu” nos encantaba a todos. “No podemos hacer que dejes de trabajar cuando te jubiles, lo que podemos hacer es que no lo necesites”, decía sobre el final la, para mí, divertidísima publicidad.

Me cuesta mucho pensar que al autor de la nota dicha profesora de francés le produzca el mismo escozor que le origina el profesor de Física con su tediosa explicación de la palanca y la fuerza, etc. Sin embargo, ambas publicidades refieren al mismo mito esencialista de la profesión docente del que hablaba más arriba, el de la vocación.

Continué leyendo y me encontré con los argumentos que destaca Eliseo en un punteo con los elementos que lo irritaron.

Habla de un universo inverosímil, aunque él lo llama “antinatural”, seguramente un desliz conceptual. En el país en el que todos damos cátedra de todos los temas, a Eliseo le resulta inverosímil que un mozo le explique algo a un parroquiano. Dice el autor que el docente trata al interlocutor con condescendencia y que el pobre tipo lo escucha, pasivo, en total silencio; “perplejo”, agrega. En los musicales pasa lo mismo; uno, o un grupo, canta y el resto escucha, en silencio. No veo el problema. Los espectadores suponemos que en la escena siguiente les va a tocar hablar. O no. No es un tema. Sostiene Eliseo, aquí con énfasis, que todos los docentes que trabajan de otra cosa le explican a su interlocutor algo que él no pidió que le explicaran. La verdad, eso me dio risa. Supongo que siguiendo esa línea de razonamiento, es chocante la escena del orgasmo fingido de Sally, puesto que Harry no se lo pidió.

Me parece que no vale la pena seguir desglosando el laborioso punteo de mi amigo, porque sus siguientes argumentos van más allá de lo que muestra el video. No pudieron conseguirse otros trabajos mejores, dice, por ejemplo, forzando la continuidad de la historia desde, claro, su opinión.

Es un video de una campaña publicitaria que quiere hacer hincapié en la necesidad (que llamé esencialista) de seguir siendo docente a pesar de tener que buscarse otro laburo. Si no se acepta eso de entrada, y no, la campaña no es para vos. Como no lo es Star Wars si no aceptás que haya vida en otros planetas.

Conozco muchas personas que me dijeron que no les había gustado ninguno de los videos. A mis amigos peronistas les parecieron “videos gorilas”. A otros amigos, de varios signos políticos, les pareció, simplemente, una campaña pavota. A Eliseo y, por lo visto, a los editores de Seúl, les pareció perentorio publicar una nota que diera cuenta del horror que les produjo. No creo, de verdad, que un video de un minuto de estas características pueda causar “horror sobrenatural”, pero ¿quién soy yo para juzgar la subjetividad de otro?

Lo que puedo decir es que, una vez más, lo que queda de lado es la discusión sobre los bajos sueldos de los profesores, de todos ellos, de todos los niveles. Y aunque la campaña sea mala, pavota, horrorosa, me resulta decepcionante que, una vez más, ante la denuncia de la situación, la opción sea criticar el formato, denunciar al CBC como una pérdida de tiempo o “que se busquen otro trabajo”. Nunca, pero nunca, sea para el Gobierno, para el autor de la nota, para los editores o para los lectores, la opción es aumentar los sueldos de los docentes.

Los saluda con afectuoso disenso,

–Laura Romero

Buenísimo el texto de Eliseo. No vi los videos y no quise animarme a buscarlos, pero vi el del muchacho en el supermercado atendiendo a la demente que se animaba a psicopatearlo con marco teórico, pero seguro no se bancaría las consecuencias de hacer justicia social por mano propia y mechear con sus propias manos (ni siquiera para salir en los medios arrogándose un robinhoodismo nac&pop o agitando un título de víctima de un sistema capitalista opresor).

Agrego: como egresado de Economía de la UBA que jugó al militante político mientras aprendía a recitar de memoria los primeros tres capítulos de El capital, no me dio para plegarme a la arenga de la defensa de la educación ATP (el progresismo es endémico pero tratable). Terminé una carrera en Ciencias Económicas sabiendo mucho de todo un poco, pero los pasos prácticos para transformar el ahorro en inversión los aprendí afuera de la sede de Córdoba por iniciativa personal para poder emprender mi propio proyecto de alfabetización financiera. Creo que lo que hay que defender es una universidad pública lo suficientemente flexible para formar profesionales capaces de resolver los problemas nuevos, más que una institución sagrada e intocable, por más que, como en mi caso, les permitió mantener a muchos su lugar de clase media mientras el PBI per cápita se hizo percha (prefiero otro tipo de ascenso social).

–Ezequiel Baum

La nota editorial está mal enfocada. No corresponde discutir si el peronismo se va a renovar o no. El peronismo no se puede renovar. Lo que hay que discutir es si el peronismo seguirá existiendo o está inmerso en una decadencia irremontable que derivará en su desaparición. Pero si sigue existiendo, el peronismo será lo mismo de siempre.

Yo creo que el peronismo entró en un proceso –muy lento, por cierto, que llevará un tiempo al que hay que medir en lustros– de disolución. Eso es lo que hay que analizar, no su eventual renovación, que no sería más que una nueva fachada para la misma mentira de siempre.

–Alejandro Sala

La UBA fue, hace muchos años. Ahora no es nada más que un espacio de poder de Franja Morada/Lousteaus/Yacobittis/UCR. Recorrer las aulas, pasillos, biblioteca y baños de Ingeniería da vergüenza ajena (menos a las autoridades enquistadas desde hace muchos años).

–Alberto Monastirsky

Hola.

Me llamo Fernando y soy abogado de la UCA y doctor de la Notarial de La Plata. Hoy trabajo como diplomático de carrera. Fui a la UCA por una razón familiar, no ideológica. Mi papá había estado en la UBA de Derecho en los ’70 y había… bueno, visto pasar cosas. Era la época de Alfonsín y no se sabía para dónde íbamos. La historia no le dio la razón, por suerte. Pero sigo pensando que fue una buena elección, por otros motivos.

No vi los spots, pero los describís muy bien. La impresión que me dio es que más bien apuntan a la falta de trabajo especializado que requiere de graduados universitarios, que al tema de los profesores. ¿O el destino ideal, buscado y deseado de todo graduado de la UBA es ser profesor universitario? Esa igualación inmediata “graduado=profesor” me parece muy “progre” y a la vez muy evidenciadora del estado de la UBA: existe sólo para mantenerse a sí misma, sin aportar NADA a la sociedad. Ni siquiera personas capacitadas en una ciencia que hagan trabajos relacionados con ella. Prepara gente que la sociedad no necesita, y a la que relega a preparar a otros iguales o a tareas que podría cumplir cualquier persona sin demasiado estudio. La conclusión natural a la que llego después de tu descripción (o de ver el spot, me imagino, claro) es: “Qué mal, no hay laburo para ingenieros, tienen que hacer de mozos, como los estudiantes de arte en Nueva York”. Recién después lo relaciono con el tema del salario de los profesores.

Yo di clase en secundarios y tal vez hubiera sido más apropiado mostrar a gente con preparación para ser docente universitario dando clase en ámbitos menos exigentes desde el punto de vista científico, si de profesores estamos hablando. Sería mucho más gracioso y, por ende, sarcástico, mostrar una graduada en Filosofía en un kinder, por ejemplo. Se les escapó, ¿o incluso para ellos era muy fuerte? Cierto que los progres no tienen sentido del humor. Todo es muy serio, muy solemne.

También doy clase, soy titular de cátedra de grado y de maestría en la UCA, pero siempre lo vi como una cosa extra que podía hacer por los futuros colegas, no como mi actividad profesional. Es algo que siempre nos van a echar en cara a los profes abogados, que es nuestro hobby, que no vivimos de esto. Esta visión falta en la UBA completamente, me parece. Aunque lo veo en mis colegas profesores “profesionales” en mi universidad también.

Gran saludo,

–Fernando Rolandelli

¡Qué recuerdos me trajiste! Un libro conmovedor que me alejó definitivamente de mi breve coqueteo con la izquierda.

–María Elisabeth Noria Martínez

Estimados:

Me gustó mucho la nota del peronismo y CFK, pero más aún la de «El realismo grotesco de la UBA». Como docente universitario de la UTN, me quedo perplejo cada noche que dicto clase. Me voy y todas las aulas quedan encendidas, sin alumnos. ¿Tan difícil es poner un sensor de luz? Lo que pasa es que lo paga el Estado, ¿viste? Que en un punto no es nadie y somos todos. Pero después se pide más presupuesto. Hay que auditar y ver dónde llega el dinero y en qué se destina. Repito: como docente universitario lo digo.

Saludos,

–Mariano Gecik

Excelentes las notas sobre la UBA y sobre Kamala Harris. ¡Gracias!

–Rosana Bollini

Interesante artículo.

–Silvia Bemaman

Muy interesante el planteo de Labaqui. Sin embargo, creo que Kicillof se va perfilando como única opción peronista y/o kirchnerista para las próximas presidenciales. Sí, claro, sé que es Argentina y esto es como postular campeón al puntero después de la primera fecha, pero como pocas veces antes, el gobernador economista es, bastante claramente, el único que quedó a flote después de la última elección y, fundamentalmente, después del affaire Fernández pugilista.

De hecho, convencido de que así será, no pasa día sin decir o hacer algo en espejo del mandatario libertario. Si Milei va de blanco, Axel va de negro; si el presi cierra un ministerio, el gobernador abre dos. Aun a riesgo de seguir perdiendo inversiones multimillonarias para su provincia, Kicillof seguirá mostrándose como el reverso de Milei.

Habrá que ver qué carta tiene para jugar en las legislativas del año que viene y, fundamentalmente, queda por ver cómo maniobra para lograr que Cristina lo bendiga y encolumne al universo K detrás suyo. Pero la ex presidente cada vez tiene menos opciones. Su descendencia política directa nunca consiguió levantar vuelo más alto que el de las perdices y, después de apoyar sucesivamente a Scioli, Fernández y Massa, nadie podría cuestionarle que ahora aupe a su ex ministro. Después de todo, pese a no militar en La Cámpora ni llevarse bien con Máximo, el soviético tiene un nivel de kirchnerismo en sangre mucho mayor que los presidenciables mencionados.

Por lo que, aun cuando tu planteo, Ignacio, luce tan lógico como razonable, me inclino a pensar que, al menos hasta las presidenciales del ’31, el peronismo no K no tendrá más alternativa, si pretende tener alguna posibilidad de arrimarse al poder, que seguir haciendo lo que viene haciendo desde hace dos décadas: acompañar calladito la boca a los K.

–Enzo Prestileo

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