Seúl Radio

Mariano Llinás

El director de 'La flor' habla sobre por qué le gustan las rutas bonaerenses, la diferencia entre un plano y un video de Instagram y la posición de un caballero sobre la reforma del INCAA.

Mariano Llinás (Buenos Aires, 1975) es uno de los principales directores de cine argentinos de su generación y, cada tanto, picante agitador de la conversación pública. Sus películas más conocidas son Historias Extraordinarias (2009) y La Flor (2018), pero su mayor éxito de taquilla fue como co-guionista de Argentina, 1985 (2022), a la que defendió en público cuando la película fue criticada por sus decisiones políticas. Vino a nuestro estudio a charlar sobre esto pero también sobre el declive del cine, la decisión de ser independiente, el sentido del humor, la etiqueta de “cheto”, el INCAA, el mileísmo y el kirchnerismo y mil temas más.

Como todos los contenidos de Seúl Radio, podés ver la entrevista en nuestro canal de YouTube, escucharla en Spotify o leer la transcripción, apenas emprolijada para darle más claridad, acá abajo.

Hernanii

Mariano Llinás, bienvenido a Seúl Radio.

Llinás

Un placer estar aquí.

Hernanii

Hay una escena que se repite en tus películas, que es gente escuchando la radio local en hoteles de la provincia de Buenos Aires. ¿Por qué?

Llinás

Correcto. Bueno, hay varias cosas. El hotel de la provincia de Buenos Aires es una especie de pequeño lugar. ¿Viste que cuando la gente estudia sobre cine y todo eso, y sobre narratología, hay una idea que es el lugar de la enunciación? Que no todo el mundo que usa esa palabra tiene muy claro de dónde sale, ¿no? ¿Qué quiere decir? Y yo tal vez tampoco lo tengo muy claro, pero sé que las películas que yo hago están narradas desde un hotel en la provincia de Buenos Aires, eso seguro. Y la radio es una extensión del hotel, es decir, hay algo, es como una especie de cine, ¿no? El hotel, estás encerrado en un lugar, mirás hacia afuera, en el mejor de los casos, hacia la plaza. Y después está la radio, que es como una especie de pequeño fragmento del mundo. Es un buen sistema, te diría. Pero no hay otro “por qué” más que la pura forma. Es decir, formalmente es una especie de pequeño símbolo del mundo, del aleph. Y las radios de la provincia de Buenos Aires son algo verdaderamente fascinante. Tienen, por ejemplo, un mecanismo muy atractivo, no sé si vos lo notaste, o si el público de Seúl Radio lo notó, probablemente no, dado que son todos millonarios que están ahí en sus countries y no escuchan lugares de la provincia de Buenos Aires.

Hernanii

Quizás tienen campos.

Llinás

Claro, es posible que sí, que cuando van a comprar el tractor John Deere, lleguen a eso. Entonces, no, se nota que hay una especie de costumbre en la cual el espacio es barato. Entonces, a cada anunciante le toca mucho tiempo para… Y entonces empiezan a hacer cosas que no saben, no saben cómo usar el espacio que compraron. Entonces enumeran, ¿entendés? Es un sistema de enumeración. Por ejemplo, en una veterinaria dice “veterinaria no sé cuánto, alimento balanceado, jaulas, alpiste, no sé qué”, viste, es enumerativo, como que enumeran todo lo que tienen porque no saben qué decir y esa enumeración me parece musicalmente insuperable.

Hernanii

Cuando arrancaste a estudiar en la FUC, la Universidad del Cine, empezaba también, en todo el mundo, el tema del cine independiente. Cuando vos estudiabas, ¿ya pensabas, “me interesa a mí el cine independiente y no ir por este otro camino más comercial o industrial” o es algo que fue con el tiempo?

Llinás

La idea de lo independiente es anterior al cine en algún punto, para mí es decir casi es como una especie de mandato familiar. No olvides que mi hermana Verónica formó parte de la escena independiente de los ’80, con su grupo Gambas al Ajillo y las personas con las cuales ella se reunía, sus novios, el Parakultural, todo eso. Yo, que era una especie de niño que estaba en una escuela privada, veía todo eso con muchísimo deseo. Y mucho más cuando me empezó a gustar el rock and roll, la idea de saber que existían caminos paralelos. A todos los chicos les gustaba eso, ahora no, ahora creo que les gusta Milei y esos descerebrados que insultan por la radio. Pero antes, en la época en la que nosotros nos criamos, había como una especie de gusto por lo que podríamos llamarlo alternativo. Y entonces yo sabía que quería algo que tuviera que ver con eso, es decir, que poder sentir esa libertad que yo veía cuando iba al Parakultural o cuando escuchaba los discos piratas de Sumo, todo ese tipo de cosas, yo eso me resultaba, te diría, cuando empecé a estudiar, me resultaba más importante que el cine en sí mismo.

¿Marginal qué quiere decir? Evidentemente yo nunca fui una persona marginal, pero sí marginal con respecto al centro, eso siempre me gustó.

Y entonces, bueno, después empecé a conocer el cine, etcétera, y ahí, digamos, al principio yo imaginaba eso como cualquier chico, como un chico el que le gustan los piratas, pero no conoce piratas. Cuando empecé a darme cuenta de cómo funcionaban las estructuras industriales y todo eso, me di cuenta de que esa sensación que yo tenía de chico, de decir esto no y esto sí, esa especie de idea de lo independiente, era real. Es decir, que no me gustaba ni lo industrial, ni lo oficial. Que había algo de ese espacio que era genuino. Y entonces dediqué toda mi vida a construirlo. Pero me da la impresión de que es algo que tiene que ver con la formación, con una formación de que te guste determinado o casi, no sé cómo explicarte, que te guste cierto espíritu, cierto aire, cierta musicalidad que tiene más que ver con lo marginal. ¿Marginal qué quiere decir? Evidentemente yo nunca fui una persona marginal, pero sí marginal con respecto al centro, eso siempre me gustó.

Hernanii

¿Podrías haberlo hecho, sin embargo, sin la revolución digital?

Llinás

Bueno, es una gran pregunta, porque la revolución digital era la situación en la que estaba y es cierto que hubo, yo creo que sí, yo creo que sí hubiera podido hacerlo, hubiera sido de otra manera y hubiera sin duda hubiera quedado más lindo pero yo creo que podría haberlo hecho sin la revolución digital. Ahora si vos me preguntás yo creo que retrospectivamente que sí fui una persona que leyó bien la revolución digital. Es decir, que rápidamente se dio cuenta de que no había que resistirse a la revolución digital, si no tratar de entender cómo hacer con eso cine. Y no seguir remoloneando con el fílmico, que era encantador, pero que todavía tenía una una atadura con respecto a la industria, a la guita, a todo eso, que no, se iba a cagar la vida.

Entonces, yo desde muy temprano entendí que la desaparición del material virgen como elemento central era la clave para que yo pudiera hacer lo que ya imaginaba, sin tenerlo muy claro, qué quería hacer, que es algo bastante parecido a lo que tengo hoy, básicamente tener un grupo. Pero sí, efectivamente, yo entendí que era importante, por ejemplo, tener tu propia cámara. Rápidamente entendí eso, es decir, no hay que alquilar cámaras, no hay que alquilar nada, hay que ser dueño de los medios de producción, eso seguramente les va a gustar mucho a los de Seúl, y manejarse sin depender ni del Estado ni de los ni de la gente de la guita. Independencia o muerte

Hernanii

En 2021 describías dos grandes maneras de hacer cine, que estaba por un lado lo más comercial y después el mundo festivalero, y decías, esas dos tarde o temprano van a terminar muriendo.

Llinás

¿Yo dije eso? Es un horror cuando te dicen lo que dijiste y no sabés si es que lo entendió mal el entrevistador o que vos dijiste boludeces. Van a terminar muriendo los festivales y la industria.

Hernanii

Sí, lo que decías, vamos a sobrevivir o van a sobrevivir las lagartijas.

Llinás

Ah, en la pandemia.

Hernanii

Sí. ¿Seguís pensando lo mismo? Las lagartijas en el sentido de los chiquitos, los que son flexibles, los que se puedan adaptar.

Llinás

Siempre voy a pensar lo mismo. No creo haber utilizado la palabra lagartijas para referirme a mí mismo, pero sí, claro, desde luego creo que los que podemos… Digamos que creo que los independientes siempre vamos a sobrevivir y que uno de los grandes problemas que existió a lo largo de lo que va del siglo es una una retracción enorme de la cultura independiente de la cual todos venimos, muchos venimos, es decir, existía como una especie de paradigma independiente que sufrió una retracción muy grande y que, bueno, y que eso sí, creo firmemente que es muy difícil: cómo exterminar a alguien que está cultivado en la cultura independiente o que ha crecido en la cultura independiente. Después son cosas que uno dice, vamos, mirá a quién se lo digo, con un ánimo mínimamente proselitista, ¿no es cierto? Es decir, yo digo eso como para establecer, digamos, como se dice ahora, el cine y el pensamiento sobre el cine es un territorio en disputa, ¿viste que se dice eso? Bueno, en ese territorio en disputa yo siempre voy a defender el lugar de los independientes y de los más chicos contra todas las posiciones hegemonizantes que se arrogan el derecho sobre el cine argentino desde siempre. Entonces ese lugar marginal yo lo sigo teniendo y entonces si querés cuando pongo lagartijas y todo eso hay una prosa política. Pero en líneas generales creo en eso, sí.

Hernanii

Tus películas y las de tu grupo en general, si no me equivoco, se estrenan más en museos o en festivales, pero no en el circuito comercial.

Llinás

Absolutamente.

Hernanii

¿Eso es porque no quieren o porque no pueden?

Llinás

Eso es por muchos motivos. En principio, el circuito comercial, uno podría decir, a duras penas existe. Es decir, ¿qué es el circuito comercial? El circuito comercial es el Hoyts, es algo que cuando uno hace la pregunta, digamos, me gustaría preguntarte a vos, cuando pensás el circuito comercial, en qué estás pensando.

Hernanii

Yo estoy pensando en el Cinépolis de Plaza Houssay, que es el que voy.

Llinás

Bueno, ahí no, no, me parece muy bien que tú vayas ahí si querés, pero ahí, digamos, no, no, no. Si eso es el circuito comercial, no. Sí, bueno, son las cadenas, no, no, son, creo que ahí también hay una buena lectura de lo independiente. Es decir, la primera película que yo hice en mi vida, que se llamaba Balnearios, un documental que tenía, digamos, por así decirlo, la posibilidad de tener una aceptable relación con el público, comprendí muy rápidamente que llevar, que querer establecer, entrar como si fuese una especie de peón invitado al baile del patrón, viste, que le ponen así una especie de gomina y debe quedar bien en un territorio que no estaba diseñado para las películas como la mía, era un error. Y que había que diseñar la propia manera de mostrar las películas, es decir, que no había que querer adaptarse a algo que existía y entonces había que ir hacia una especie de territorio que, por ejemplo, asegurara que la película se mantuviera en el tiempo. Siempre pasaba lo mismo, vos tenías la película y entonces estaba una semana y entonces rápidamente era como una especie de elemento de tristeza, donde uno decía, bueno, queremos acceder a la segunda semana.

El sistema comercial está muy mal diseñado para ciertas películas, que solamente se sostiene mediante un esquema de distribución que la inmensa mayoría de las películas no puede atravesar.

En cambio, yo sentía que si lo que pasó con el Malba, cuando entre otros Fernando Peña tuvo conmigo la idea de pasar las películas de una manera diferente, entonces era, bueno, inicialmente como mínimo son dos veces por semana durante un mes. Bueno, ahí pueden aparecer los mecanismos de siempre de cómo llevar gente al cine, el boca a boca, la gente que recomienda, la gente que tiene tiempo, bueno, y eso durante mucho tiempo con muchas de las películas funcionó muy bien y siempre sigue funcionando de alguna manera, mejor que de otra, pero yo sigo considerando que la idea de que el cine puede mostrarse de una manera parecida a una función de teatro es clarísima y que el sistema comercial está muy mal diseñado para ciertas películas, que solamente se sostiene mediante un esquema de distribución que la inmensa mayoría de las películas no puede atravesar. Es decir, siguen pensando el cine de una manera muy antigua, como si todavía existiera la calle Corrientes, la calle Lavalle, la gente que va al Palacio de la Papa Frita y le da la cosa al acomodador, compra el maní con chocolate, eso no existe más. Y el circuito de distribución sigue un poco agarrado a esas tradiciones, me parece.

Hernanii

¿No sigue yendo la gente al cine a ver películas de superhéroes, por lo menos?

Llinás

Sí, pero lo hace de manera diferente. En todo caso, las películas de superhéroes tendrán su manera de atraer mucha gente al cine, pero uno no puede poner en la misma balanza a una película de superhéroes y a una película como las mías, es decir, o como las de El Pampero, no son el mismo tipo de objeto. Ahí hay una de las tantas críticas que uno le podría hacer al INCAA, en este caso, una crítica muy justa, ¿entendés? Uno de los grandes problemas con el INCAA, de las discusiones con el INCAA, es que al INCAA se le pueden hacer prácticamente todas las críticas, salvo las que les hacen. Entonces ahí es donde uno… Pero sí, efectivamente, uno de los grandes problemas es que el INCAA nunca supo leer con lucidez qué era el cine argentino y qué necesitaba el cine argentino. Nunca, a veces no quiso, a veces no supo, a veces no quiso y no hubiera sabido, pero nunca estuvo, tuvo la capacidad de entender cómo era el cine argentino y de qué se trataba. Tampoco con ustedes.

Hernanii

Escuchame, mencionaste Balnearios. Balnearios se estrenó en el auge del nuevo cine argentino.

Llinás

Absolutamente.

Hernanii

Pero era muy distinta de las más conocidas de ese momento. Había como un juego, como un humor, como una ironía, que no venían siendo de ese tipo de películas.

Llinás

Bueno, pero vos también podés pensar que la gracia del nuevo cine argentino es que todo era muy distinto, ¿entendés? Es decir, porque vos si vos pensás, Pizza Birra Faso y Mundo Grúa también son muy distintas entre sí, y si a eso le sumás La Ciénaga, también es distinta, y si a eso le sumás, no sé, Bonanza de Ulises Rosell, también. Es decir, la gracia del nuevo cine argentino tenía que ver sobre todo con esa diversidad. Vos podés decir, ves las de Caetano y tienen una continuidad con Pizza Birra Faso, sincluís Okupas tiene una continuidad con Pizza Birra Faso, como cierto gusto por personajes marginales y no tanto por los personajes burgueses, pero después había una sensación de novedad ante cada una de las películas.

Es decir, para responder de otra manera a tu pregunta, yo cuando hice mi primera película, sabía que tenía que ser diferente, que debía hacer algo diferente, y que esa diferencia iba a ser bienvenida. Que lo bueno iba a ser que fuera diferente, es decir, que no había que esconder lo que era diferente. Yo pienso que la película si tenía algo diferente era porque apareció mi personalidad. Yo dije, bueno, voy a hacer una película que se parezca a mí. Y yo era un pendejo, digamos, de 24 años, pero de alguna manera ya tenía determinada personalidad que está en la película y entonces la película me parece que es un desastre formalmente, pero donde vos ya podés ver a alguien que piensa de una manera, que tiene cierto gusto, cierto sentido del humor, sobre todo cierto sentido del humor, tal vez eso fue lo que apareció de manera más radical y que no estaba tan en el mundo del nuevo cine argentino, si bien Okupas tiene muchísimo sentido del humor y Mundo Grúa también, una especie de sentido del humor, si querés, más borgiano o más Bioy y cierta cosa un poco más elegante, socialmente, como una especie de alguien que fue durante mucho tiempo criticado, como que el personaje narrador es un personaje como aristocratón, hay algo de eso que era diferente.

Hernanii

Pero te sentías un primo hermano, una parte de la ola, no una reacción a la reacción.

Llinás

Es lo mismo, ¿no? Una cosa no quita a la otra. Un primo hermano se educa contra sus primos hermanos mayores, pero sí, desde luego, quiero decir, yo sentía que tenía que entrar en un territorio que era el Nuevo Cine Argentino, que era en el que yo me había criado, y en ese sentido, claro, al comienzo uno pensaba, bueno, yo pensaba en Trapero como alguien a desbancar desde luego, que además era más bien amigo mío y todo eso, pero sí, yo decía “bueno tengo que hacer algo, no sé qué”, retrospectivamente siento que estábamos todos en el mismo juego y siento que las películas, que nada de lo que yo hice hubiera podido existir sin esa película, sin duda.

Hernanii

Tus películas post La Flor son como muy autoconscientes o metaliterarias. Se habla en la película de la propia película. ¿Qué te gusta de ese método de hacemos la película mientras filmamos la película y hablamos de la película, ¿qué te da?

Llinás

En principio, libertad. No sé si estás familiarizado con el término.

Hernanii

Viva la libertad, carajo.

Llinás

Exacto. Una libertad de poder, para decirlo con crudeza, poder hacer cosas que quiero. Y esas cosas son muy difíciles de hacer. Por ejemplo, la última película de Corsini, donde se incluyen cuestiones con las cuales yo vengo fantaseando desde siempre, para decir algo concreto, como la inclusión del libro de Rafael Hernández, Pehuajó, nomenclatura de las calles, bueno, yo tengo esos gustos, me gustan esas cosas, me gustan los libros, me gusta hablar de libros, hablar de cosas particulares. Bueno, creo que diseñé en todos estos años un sistema mediante el cual poder acercarme, a que las películas se parezcan un poco casi a mi conversación, es decir, poder filmar como quien habla.

Eso a mí me gusta mucho en muchos casos, ¿no? Es decir, a mí me gusta mucho Lou Reed, por ejemplo, ya que vos viviste mucho en Nueva York y nos conocimos en Nueva York. Mencionemos a Lou Reed. Yo siento que en algún punto, yo muy tempranamente entendí cómo él había logrado establecer un tipo de yo, de personaje que hablaba, en donde yo sentía una libertad enorme, es decir, en donde él podía directamente hablar y decir y escribir una canción sobre el discurso de Jesse Jackson en la convención demócrata, cagándose de risa. Y es un músico de rock, ¿viste? Entonces yo sentí que ahí había una cosa que a mí me entusiasmaba, es decir, la posibilidad de que las películas, es decir, un medio tan rígido como el cine, se pueda permear de la propia personalidad. Y entonces, bueno, voy buscando esos trucos. La cosa es no cansar, la cosa es seguir haciendo, seguir divirtiendo, que la gente se siga divirtiendo y que no diga… Bueno, siempre va a haber algunos que van a decir, “uuh, este es un egocéntrico de mierda, solamente puede hablar de sí mismo”. Pero me parece que la mayor parte del público no, que la mayor parte del público supera esa especie de antipatía que puede generar el hecho de que haya, de que esté uno siempre ahí y accede a aquello de lo que la película puede mostrar. Yo creo que es una manera de mostrar cosas que no se podrían mostrar de otra manera.

Y entonces, bueno, voy buscando esos trucos. La cosa es no cansar, la cosa es seguir haciendo, seguir divirtiendo, que la gente se siga divirtiendo.

Por ejemplo, la película de Clorindo Testa que vos viste o me pediste ver el otro día, yo la empecé a ver también, cuando te la mandé, y sentí que aparecía, por ejemplo, ahí una versión de Clorindo que no es fácil retratar, es decir, algo que uno podría llamar, bueno, en algún punto cierta intimidad, cierta intimidad que está dada del contacto de un personaje o de una situación con uno mismo. Y eso en el cine es muy difícil de lograr, porque el cine es esencialmente superficial. Vos estás filmando lo otro. Bueno, es la manera, a cierta edad, de poder construir un yo a partir del cual uno habla. Entonces todos esos trucos, el hecho de mostrar la sala de montaje, el hecho de mostrar las letritas, que además me gusta mostrar las letritas, el hecho de cortar y hacer capas, de estar interfiriendo todo el tiempo, el hecho de aparecer yo, son mecanismos para que el espectador vaya aceptando determinadas cosas que si no diría “¿y esto que es?”

Hernanii

¿En qué medida dirías que estas películas son ensayos?

Llinás

No sé. A medida en que alguien me diga que me va a dar guita y diga que son ensayos. No tengo idea, para mí son comedias. Pero pueden ser ensayos también, todo bien con los ensayos. Yo las pienso como comedias, salvo la de Mondongo, que esa no es comedia, sino tragedia.

Hernanii

En Clorindo Testa me hizo gracia…

Llinás

¿Viste que es una comedia?

Hernanii

El momento que más me reí es cuando decís “Pedro Clorindo”.

Llinás

¿Vos decís que le puse el nombre a mi hijo para poder hacer un chiste? Es una vieja teoría. Hay varias personas que piensan eso, que le puse el nombre para poder hacer un chiste con mi mujer. Mi mujer viene también de una raza comediante, es decir, somos una pareja de comediantes y sabemos que en definitiva es la vida por un chiste.

Hernanii

El chiste es lo más importante.

Llinás

Absolutamente. No hay nada que pueda evitar que cualquiera de nosotros haga un chiste.

Hernanii

Lo que me sorprende del humor de esa película es que una parte importante es que tu mujer te boludea en ese diálogo, tu socio antes te boludea, como que el que queda mal sos vos. Te dicen, “vos decís que no es una película sobre padre” pero “sí es una película sobre tu padre”. Tu mujer te dice “estás obsesionado con Clorindo Testa” y obviamente ellos tienen razón o para la película parece que tienen razón.

Llinás

No siento que tengan razón, son una manga de pelotudos, no saben nada, que hagan ellos su propia película. Los puse no entiendo por qué, va a salir una edición ahora donde aparecen otros hablando bien de mí. Es una especie de nueva versión que voy a hacer.

Hernanii

A mí lo que me parece que lográs haciendo, Clorindo Testa, que es una película sobre una película sobre un libro sobre un libro, es que te exponés y te escondés al mismo tiempo. Y esconder no en el sentido malo, sino que te permite tener más flexibilidad como personaje.

Llinás

Absolutamente. Un sí rotundo.

Hernanii

En todos los manuales de guión dicen que la voz en off es una muleta, la señal de un fracaso, que algo está mal estructurado, que siempre está mal la voz en off.

Llinás

Todo el mundo, y ni te cuento cuando yo, porque yo laburo de escribir guiones. Me gano la vida con eso. Y entonces el problema es cuando ahí sí hay productores, ahí sí hay gente que nunca quiere voz en off. O sea, el manual de guion sigue y bueno, qué sé yo, no sé, dicen, no, la voz en off, nunca les gusta la voz en off. Es una cosa increíble. Cuando, a mí me gustó siempre la voz en off, esa es la diferencia. Mirá, me acuerdo cuando vi Jules et Jim por primera vez, de Truffaut, me acuerdo que estábamos con Mendilaharzu y dijimos eso, dijimos “esto es la verdad, esto es la alegría y la felicidad” y después cuando empezamos a ver las películas de Godard en donde él habla, bueno, cuando me hablan de la voz en off, como que es un fracaso, no sé.

Me da la impresión de que efectivamente es un prejuicio que hace que el cine tienda a parecerse infinitamente. Muy a menudo dicen “es poco cinematográfico”. Bueno, junto con la ópera es la única disciplina representativa en la que se puede hacer eso, en la que vos podés oír algo y ver otra cosa, ¿no? Se puede eso. En la literatura no se puede, por ejemplo. En la literatura no hay voz en off. La literatura no tiene voz en off. La música no tiene, no sé. Entonces es algo absolutamente cinematográfico. La posibilidad de generar una especie de choque a la manera, digamos, como de montaje, como decía Eisenstein, del sonido que genera un sentido, un tercer sentido, en función de la relación con la imagen. Es bárbara la cosa. O sea, los que dicen eso no entienden un carajo. Son unos animales.

Hernanii

Decías antes que te gustaba estar como en el margen del centro, pero también uno podría decir, con todos los cambios que hubo en el mundo del arte y la literatura en general, como que el centro ya no existe, como que los grandes directores tampoco tienen la figura que había antes.

Llinás

No sé. Siempre hay alguien en el centro. Quiero decir, si uno dijera en este momento, si le preguntáramos a alguien cuál es el objeto audiovisual que ocupa el centro de atención de la del territorio audiovisual argentino, Creo que todo el mundo sabría cuál es la respuesta. El Eternauta. Pero después, y si vamos a un territorio del cine, uno perfectamente podría decir, ¿quiénes son los grandes maestros reconocidos? Si uno pregunta, ¿quién es el director o la directora más importante del cine argentino? Puede haber alguna gente que mencione a Campanella, probablemente, que quedaron en aquella época, puede haber alguna gente que mencione a Szifrón y después la mayor parte del mundo del arte o interesada por el cine va a mencionar a Lucrecia Martel y quedarán algunos que mencionen, o sea, a Lisandro Alonso. Pero ese es el centro, el centro es ése y en casi todos los casos, son grandes directores. Hay algo que es el cine argentino, el cine nacional. Está ahí, ocupa un lugar de centralidad, es conocido, funciona como referencia para un montón de gente que piensa y todo eso, y después está el margen. Vos pensá en Martín Rejman, por ejemplo. Para mí, tal vez, mi favorito de todos los directores de cine argentino. Bueno, él también es un director marginal. Y es uno de los padres del nuevo cine argentino. Absolutamente marginal.

Vos pensá en Martín Rejman, por ejemplo. Para mí, tal vez, mi favorito de todos los directores de cine argentino. Bueno, él también es un director marginal.

Fijate cuando hacen los compilados de cine argentino diciendo “nos gusta el cine argentino” y entonces muestran no sé qué. Bueno, nunca van a poner ni una película de Rechman ni una película de El Pampero. De hecho hicieron cuando estaban con toda la cosa contra Milei, hicieron algunos y yo veía cómo había algunos que hacían gente amiga nuestra, en donde aparecían las películas nuestras y todo eso, y después volaron todos y pusieron todas películas con actores de televisión. Entonces, ese centro existe. Está bien que exista, gracias a ese centro existe el cine. No hay que pelearse, pero hay algo que es el centro y hay otra cosa que es la periferia y funcionó durante mucho tiempo así en relación también con el reparto de la guita.

Hernanii

Digo que ese centro ya no ocupa la centralidad en la conversación pública o la narración argentina.

Llinás

Eso es el cine, no es los directores. Eso es que el cine no le interesa más a… Digamos, el cine no es tema ya. Eso es otra cosa. Y si eso es algo que bueno, cada uno sabrá por qué… Me acuerdo cuando vos mencionabas el otro día cuando fui al programa de Tenenbaum y entonces me hizo medio esta misma pregunta. Y yo digo, bueno, vos sabés, vos te diste cuenta de que no tenés un crítico de cine en tu programa de televisión, que tenés a Pettinato que dice cosas sobre los famosos, que es graciosa, todo bien, pero no tenés a alguien que hable una vez por semana de los estrenos o de la cosa. No se había dado cuenta de eso. Entonces, ahí hay algo en donde el cine se mezcla con las plataformas, las series, etc. El cine perdió enorme centralidad. Bueno, y ahí hay un problema grave porque el cine para existir necesita centralidad. Entonces, bueno, ahí tiene que ser algo entre todos.

Hernanii

¿Pero vos lamentás esa pérdida de centralidad?

Llinás

Claro que sí. Pero el cine necesita ser central, porque el cine es algo caro, que todo el mundo necesita sin saberlo, es decir, para que exista El Eternauta tiene que existir el cine. ¿Entendés? Si vos tenés 20 años sin películas, 20 años sin cine, El Eternauta no se puede hacer. Dicho de otra manera, El Eternauta puede existir y gustarle a todo el mundo, y poner “lo viejo funciona” y ser una cosa que todo el mundo se pone contento porque es una obra que está en todo el mundo y que penetra y todo eso porque existió el Nuevo Cine Argentino. Esto es así. Es decir: si no hubiera existido el nuevo cine argentino, si no hubiera existido Pizza Birra Faso, si no hubiera existido incluso las infinitas películas del INCAA con las que yo discrepo, esos objetos que hoy existen y que hoy florecen no hubieran podido existir. Entonces, para que eso exista, el cine tiene que seguir ocupando un lugar central que es necesario aunque vos no veas las películas, no sé, de [Marcelo] Subiotto. No importa, es necesario que eso se siga manteniendo de alguna manera para que el cine pueda seguir existiendo y si no que una sociedad tome la decisión de que el cine no existe más y entonces no habrá cine y se va todo al carajo.

Hernanii

Si tu objetivo no es jugar la Champions League…

Llinás

No entiendo la referencia, no sé qué es la Champions League, no tengo ni la más remota idea de lo que me estás hablando.

Hernanii

Si tu objetivo o el de tu grupo, obviamente, no es ni triunfar en Hollywood, ni triunfar en Europa…

Llinás

Yo no dije que no quiera triunfar en Hollywood, y mucho menos triunfar en Europa. Pero te dejo terminar.

Hernanii

No, digo, por este lugar semi marginal o periférico que te gusta tener, digo, ¿hacia dónde crecer?

Llinás

No es falta de ambición. No es falta de ambición. O sea, más bien es al revés.

Hernanii

Pero si esos circuitos de prestigio o reconocimiento no te interesan, ¿qué tipo de validación te interesa?

Llinás

Bueno, no sé, no lo voy a decir en un streaming porque es una cosa púdica, pero lo que te digo es que no es falta de ambición. Es decir, a menos que vos me digas que, para decirte alguna, ya que hablábamos del rock, yo no sé de fútbol, pero sí te puedo hablar de otras formas, de otros gustos populares, es como si vos me dijeras que hoy Sumo tiene menos valoración que GIT, o que, no sé, Alphonso S’Eentrega, o cosas así, ¿entendés? No, Está todo el mundo que entiende más o menos un poco de determinadas cosas sabe que Sumo es lo que hay que escuchar y no Miguel Mateos, con todo respeto por Miguel Mateos.

Hernanii

O sea, Miguel Mateos era muy popular en su memento, vendía muchos discos. Sumo también pero menos. Pero si querés ser Sumo, eso lleva tiempo.

Llinás

Lleva tiempo y trabajo y hay que ser bueno, hay que mejorar, hay que trabajar. Lo que digo es que ahí hay un punto en donde yo veo que vos no te querés meter en cuestiones de la discusión contingente de la política y todo eso, sobre todo de la política. Pero uno, quiero decir, cuando a vos vienen estos tipos que ganaron las elecciones, y hablan únicamente del rédito, vos te das cuenta de que ponen especialmente el acento en el rédito. Bueno, no todas las disciplinas alcanzan el rédito de la misma manera. Por ejemplo, ¿vos sabés cuál fue la película que estuvo al tope de la cartelera el día que se estrenó Citizen Kane? No, no sabés. Probablemente no haya sido Citizen Kane. Sabemos que Citizen Kane puede haber estado quinta, digamos, el día de su estreno, Probablemente si nos dicen cuáles fueron esas películas más taquillera ese año  no hayamos oído hablar nunca de esas películas. Y sí oímos hablar de Citizen Kane.

Hernanii

A veces parece, viendo tus últimas películas, que lo que te gusta o lo que tenés ganas de hacer es ir por la ruta con amigos filmando cosas.

Llinás

Hay una canción de Willie Nelson que dice eso, exactamente eso. Pero sí, también me gusta filmar libros y con la ruta me empiezo a contracturar un poco, pero digamos, sí.

Hernanii

Abro comillas: “Un leve tufillo a Barrio Norte y clase alta”.

Llinás

Y sí, lo voy a decir yo antes de que lo digan los demás.

Hernanii

Esto está al principio de Clorindo Testa. Estás en el departamento de tu madre. Y estás haciendo una advertencia sobre lo que es la película. ¿Por qué lo haces?

Llinás

Era un chiste gracioso.

Hernanii

Pero dijiste recién “mejor lo digo yo”.

Llinás

Sí, claro, qué van a decir si ya todo el mundo va a decir ah”, no sé qué, este, este, este, lo otro, lo demás allá”, mejor decirlo. Clorindo Testa, no hay nada más chic en este planeta que Clorindo Testa.

Hernanii

Sos bastante grandote y fuiste a un colegio donde se jugaba al rugby. ¿Jugaste al rugby alguna vez?

Llinás

Iba a unas cosas que en el gimnasia hacía, pero no, no. Creo que una vez jugué un partido. Me parece abominable. No entiendo por qué las feministas que se meten con tantas cosas no prohíben el rugby. Yo prometo mi apoyo. Ahí está el machismo. Y el fútbol, pero bueno, eso ya es demasiado decir.

Hernanii

Yo supe que tenías algún tipo de gen de Barrio Norte por la preponderancia que le dabas a In Your Dreams, una canción de R.E.O. Speedwagon, en Historias Extraordinarias.

Llinás

Eso era por la radio, ¿Qué tiene que ver? ¿Qué tendría que haber mostrado, los Wawankó? También está “El gato que está triste y azul”, de Roberto Carlos. ¿En las películas? Puse la tapa. No, no, me siento…

Hernanii

No te gusta hablar de eso.

Llinás

No, me encanta, No tengo ningún problema. Siento que es un poco más complejo el… No, yo lo creo. Creo que es raro mi origen. Raro y complejo y confuso. Es muy vasto. A mí cuando me dicen que soy un cheto, no la pegan.

Hernanii

¿Porque no es solo eso o porque no sos eso ni siquiera?

Llinás

Entre los dos. Es decir, fui a un colegio, fui a un barrio, pero no soy un cheto, digamos. No soy Marcos Peña, ahí hay un cheto. Buena onda, supongo, todo bien, Pero ahí tenés un cheto. Yo no. Todo bien, ahora me siento que me quedé mal con Marcos Peña. Pero es un cheto.

Hernanii

Pero te sirve como material, no es que lo desdeñás, no es que te escapás.

Llinás

Para nada. No, no, siento que vengo de un territorio más complejo, de una clase compleja, y es la clase de una parte de la Argentina que no es tan fácil encontrar ahora. Es un tipo de porteño que no es tan fácil encontrar ahora y que tiene que ver, tal vez yo sea de los pocos últimos porteños de una clase y que tiene que ver con una transversalidad que incluye, si querés, cierta noción aristocrática, pero que también incluye cierta noción barrial y que también incluye cierto sentido profundo de lo popular, que no es snob, que tiene un sentido igualitario central, que probablemente sea antiperonista también de formación. Bueno, un tipo de porteño que no es tan frecuente y que cuando yo nací todo el mundo que me rodeaba era así, ¿entendés?

Estaban los chetos, estaban los bohemios, los faloperos, estaban los hijos de puta que no eran chetos pero que eran gente de la guita y estaba un grupo de gente muy muy muy cerrada que era yo y las personas que, por ejemplo… Clorindo era así. Entonces ahí había como una cosa que es mucho más interesante. Cuando yo veo la política, cuando yo veo, por ejemplo, el macrismo, con todo respeto nuevamente, yo veo, sobre todo, lo que veo sobre todo es una inmensa vulgaridad. Una especie de manifiesta exhibición de vulgaridad.

Hernanii

¿Qué tipo de vulgaridad?

Llinás

Una vulgaridad que tiene que ver con la riqueza, una vulgaridad que tiene que ver con la ignorancia, una vulgaridad que tiene que ver con el desdén por el conocimiento, un tipo de vulgaridad propia de los chetos, es decir, alguien que es burro, tiene guita, solamente establece las formas de superioridad machista a través del deporte, ese tipo de vulgaridad y una especie de sospecha con todo lo que tenga que ver con lo intelectual.

Hernanii

Me parece que estás refiriendo a dos o tres cosas y estás perdiendo muchas otras que no las estás viendo.

Llinás

¿Como cuáles?

Hernanii

Bueno, por ejemplo, no sé bien cuál es el mecanismo, pero digamos el grupo de gente que entró al gobierno primero en la ciudad y después en la nación, creía mucho en el conocimiento y en estudiar los temas, trajo una mirada científica a las políticas públicas que no existían en la Argentina.

Llinás

Al principio, al principio, y no se bancó, al principio tuvieron esa especie de cosas, los primeros meses, por ejemplo, te digo, la Secretaría de Cultura, que estaba, si querés, el gordo Panozzo que venía y llamaba a, Hilda Sábato, no sé qué, no aguantaron ni dos meses porque cuando les empezaron a decir “hay que hacer esto, hay que hacer esto”, adiós.

Hernanii

Hay una definición de intelectual, esto lo discutí con Beatriz Sarlo por ejemplo.

Llinás

Que en paz descanse.

Hernanii

Que en paz descanse y aparentemente no está descansando en paz. Como una definición un poco estricta de lo intelectual. O sea, para mí alguien que sabe cómo funciona el mercado de las energías renovables y tiene mucho conocimiento sobre la transición energética, también es una persona intelectual.

Llinás

No me cabe la menor duda de eso.

Hernanii

Aunque no haya leído a Saer.

Llinás

No tiene que ver con leer a Saer. No es un comentario de decir, “ah, el que no leyó esto, el que no leyó lo otro”, más bien tiene que ver con una curiosidad, tiene que ver con la curiosidad, no tiene que ver con una sapiencia ni con una suficiencia, es una falta de curiosidad y una especie de miedo y desprecio por lo que es el interés intelectual. Es decir, una especie de posición que está sostenida… Bueno, ya está, no discutamos, hablemos de cosas en las que nos vamos a poner de acuerdo.

Hernanii

En 2008, el tráiler de Historias Extraordinarias, sobre una canción de Peter Hamill, decía en un momento “¡Destruyamos al INCAA con una canción!”

Llinás

Absolutamente. Bueno, ¿qué querés que me empalen los K? Eso era un gesto rockero, son las cosas que uno hace de joven. Hoy no lo haría, hoy no creo que haya que destruir al INCAA, en todo caso el que lo destruyó, los que lo están destruyendo no fuimos nosotros. Digamos que si nosotros decíamos, “destruyamos al INCAA con una canción”, finalmente quienes lo destruyeron no fuimos los que pusieron esa canción al aire. Se ocuparon otros de destruirlo.

Hernanii

No filmaste nunca con el INCAA, Pampero nunca filmó con el INCAA. Pero sin embargo, te interesó transformarte en una especie de vocero de defensa del INCAA en el último año y medio.

Llinás

Pero por supuesto, amigo, si vos estás toda tu vida criticando algo, peleando contra una manera de hacer las cosas, señalando la manera en que se podría hacer algo mejor, y de repente, en nombre de esa idea, aparecen unos impresentables que quieren hacer estrictamente lo contrario de lo que vos querías hacer pero creen que están haciendo lo que vos querías hacer, tenés que salir a pelear, tenés que salir a decir, “che, esto no”. “Ustedes son unos impresentables, ustedes son unos animales, ustedes son lo peor que le pudo haber pasado y si quieren estar, no tienen ni la más remota idea de lo que están haciendo”. Esa es, me parece, la única actitud digna posible. Cuando vienen unos animales a querer llevarse todo por delante con una soberbia abrumadora un caballero tiene que salir y decir “no es así” y para eso es mejor lo que había antes.

Hernanii

¿Pero por qué no complementas esa visión con decir que en parte llegamos a esto por la falta de reformas?

Llinás

Lo dije toda la vida, lo dije absolutamente toda la vida. Lo dejé de decir cuando me di cuenta de que decir eso equivalía a sostener las boludeces que decían otros desde un lugar absolutamente manipulador, ¿entendés? Que solamente decía que lo único que les importaba del ataque, digamos, de la discusión con el INCAA era hablar mal del kirchnerismo y que no les interesaba un carajo el cine. Ahí dejé, dije, che, a mí no me van a usar para hacer su peleíta entre kirchneristas y macristas. Entonces ahí dejé de hacerlo durante el momento álgido cuando nadie decía una palabra. Eso pregúntale a cualquiera. Siempre estuve diciendo y siempre dije lo mismo y nunca dije lo contrario de eso. Entonces no, no complementar, no. Simplemente yo sigo pensando lo mismo. El Pampero Cine sigue pensando lo mismo, sigue actuando en consecuencia, pero no voy a hacerme cargo de que estos mamarrachos salgan a hacer, a empeorar lo que se estuvo empeorando durante 20 años.

Hernanii

¿Se puede ser buena persona y apoyar a Milei? En el sentido de haberlo votado, defenderlo, querer que le vaya bien.

Llinás

Supongo que sí. La duda es si se puede no ser boludo y apoyar a Milei. Ahí lo veo más difícil. Buena persona puede ser, pero boludo… Ahí lo veo más difícil. Yo siento que… Yo siento que no. Verdaderamente. Yo veo en la gente de Milei un enojo profundo, esa especie de gusto por ver que están insultando a los que… Hay algo en ese sentido que yo no veo en nadie.

Hernanii

Quizás porque no lo sufriste.

Llinás

No, no, yo sufrí con los kirchneristas. Pero vos estás loco, hermano. A mí los kirchneristas sistemáticamente, desde siempre, durante todos los años que duró, me trataron de, no sé qué, de aristócrata, de… [Jorge] Coscia publicó en la revista del INCAA que yo era la versión aristocrática del FMI, que no sé qué, a mí los kirchneristas sistemáticamente me dieron con un hacha, siempre, todos y cada uno de ellos, y lo siguen haciendo. Entonces, a mí no me vengas con que yo no sufrí el impulso hegemonizante kirchnerista. Te diría que lo sufrí más que ningún otro director, mucho más que Campanella que se hace… Bueno, no, quiero perdón, tenemos la perimetral. pero. En ese sentido, El Pampero Cine no es solamente por una especie de impulso medio Sargento Cabral, que no recibimos guita ni nada. Es porque nadie nunca vino a decirnos “cómo podríamos ayudar para que una cosa independiente”, nada. Entonces a mí nadie me puede acusar de haber hecho la vista gorda con el kirchnerismo. Las pelotas. Lo que pasa es que cuando vinieron ustedes fueron peores y cuando vinieron los mileístas fueron infinitamente peores. Entonces bueno, es el problema de ser independiente. Que todos te vienen mal.

Hernanii

¿Se puede ser inteligente y ser kirchnerista?

Llinás

No.

Hernanii

Cuando se estrenó Argentina, 1985, de la que sos co-guionista, la película fue muy bien recibida, la vieron más de un millón de personas, pero recibió dos tipos de críticas principales. Una de los radicales, que creían que el rol de Alfonsín estaba difuminado y que a Tróccoli lo mandaban al frente. Y también de los herederos de Nino, como que se le dio poco valor a la reflexión, a la arquitectura judicial que permitió que Strassera hiciera lo que hizo. Y te transformaste un poco en vocero de defensa de la película y tu argumento se resumía de alguna manera con “así opina el cine”. ¿Cómo recordas esas batallas?

Llinás

Interesante. Bueno, en principio el oponente era [Roberto] Gargarella, entonces discutir con Gargarella está buenísimo, lo mejor que me puede pasar es que del otro lado, digo, así como yo te digo, con los macristas y con los kirchneristas, no sé qué, siempre hay toda una especie de de bronca desaforada y de cosas, vos lo ves a Gargarella y es eso, ¿entendés? Con esa persona discute uno, con esa persona uno tiene un diálogo y entonces yo puedo entender lo que él dice, él entiende lo que yo digo. Bueno, así era la Argentina, ¿entendés? Así era un tipo de discusión que uno tenía antes de que se convirtiera en una especie de juego entre histéricos. Ahí tengo el recuerdo de un tipo de discusión muy atractivo y muy interesante y de un gusto muy grande por discutir a partir de eso. Y sí, no tanto con los radicales, que me parece que decían boludeces. Pero bueno, uno va encontrando sus pares, viste, también uno va encontrando determinado tipo de interlocutores, pero sí, me da la impresión de que fue todo como casi podría decir más allá de lo de Tróccoli, que evidentemente yo entiendo que si vos ves a alguien que debe ser muy reputado en la familia, como Tróccoli, diciendo las cosas que dijo Tróccoli en el programa de la Conadep, no te guste. Yo entiendo, pero bueno, lo siento mucho, yo estoy haciendo una película y Tróccoli dijo eso y hay que mostrar que Tróccoli dijo eso en una película, qué te voy a decir. No puedo hacer una película para que le guste a la familia de Tróccoli.

Hernanii

Vivimos una época donde millones de personas producen imágenes, editan, filman videos, los publican. ¿Te parece interesante? ¿No te parece interesante?

Llinás

Es un desafío para los cineastas. Para los que hacemos cine es un desafío muy grande. Porque, ¿cuál es la diferencia entre un cineasta y todo el resto de las personas que también filman? Bueno, hay una diferencia a averiguar.

Hernanii

¿Es menos técnica que conceptual la diferencia? ¿O un poco técnica también?

Llinás

Yo doy clases de eso, yo formo directores de cine, digamos, es uno de mis oficios, voy a una escuela y formo directores de cine. Y en ese sentido yo tengo muy clara cuál es la diferencia entre una cosa y la otra, pero no sé si decirla porque se va a viralizar y entonces la gente no va a pagar para seguir mis talleres. Pero en línea general es una idea que es técnica y conceptual a la vez y que es la idea del plano, es decir, la idea organizadora del plano cinematográfico. El cineasta filma planos, el otro filma imágenes, filma cosas.

Hernanii

Hay una escena en The Fabelmans, de Spielberg, donde el narrador va a ver a John Ford y John Ford le dice algo sobre dónde poner el horizonte. ¿Te gusta esa escena o no?

Llinás

No.

Hernanii

¿Por qué?

Llinás

Te voy a decir. Porque se olvidó lo que Ford le dijo. No entendió lo que Ford le dijo. Es talentoso pero burro. Cuando él describe esa escena en el libro de Bogdanovich, dice: “Entro a ver a John Ford, John Ford me dice, mire ese cuadro, ¿qué hay? Y Entonces le dice no sé qué, bueno, una cosa no, dice el horizonte está abajo, mire el otro, ¿qué hay? No sé qué, no: el horizonte”. Y entonces lo que le dice después Ford, es importante, le dice, “cuando sepa cuándo hay que poner el horizonte abajo, cuando hay que ponerlo en el medio y cuando hay que ponerlo arriba, usted será un director de cine”. Lo que Spielberg recuerda de la escena es, “el horizonte abajo es bueno, el horizonte arriba es bueno, en el medio es aburrido, is boring as shit“. O sea, no entendió lo que le dijo, tuvo la bendición de que John Ford le explicara el cine y no entendió, ¿entendés? O sea, dice, a veces el horizonte va acá, a veces va acá, a veces va acá, ser director es saber cuándo. Y él entendió que no hay que ponerlo en el medio, ¿entendés? No entendió lo que le dijo Ford y nos cuenta que no entendió. Se olvidó, en un momento le dijo una cosa y después cuando lo tiene que poner, es mal director, no entendió. Fracasó Ford en su elección. ¿Qué películas recordarías o cuáles son las películas que más

Hernanii

te gustaron del siglo XXI? Para no ir a los clásicos clásicos, digo.

Llinás

¡Uy, qué difícil! Supongo que las de Tarantino, todas las que haya hecho Clint Eastwood en el siglo XXI, supongo que todas las de Albert Serra, supongo que alguna de Miguel Gómez. Todas las de Matías Piñeiro, todas las de, bueno, los grandes directores argentinos que mencionamos, Martel, Lisandro Alonso, eso también. Supongo que las películas de Apitchapong, el director más importante del mundo, qué sé yo. Y si quer’es después nos metemos con Marvel.

Hernanii

No tengo opinión, no vi ninguna creo.

Llinás

Velas.

Hernanii

¿Por dónde empiezo?

Llinás

Por la primera, Iron Man. Yo soy seguidor. Me gusta. ¿Es cine? Me gusta Marvel. De alguna manera sí. No es Lubitsch, pero sí, para mí sí. A mí es interesante, yo le presto atención. Bueno, de hecho, en las películas uso cosas de Marvel. Para mí Marvel está bien. Me interesa.

Hernanii

¿Y series ves?

Llinás

No. Vi The Crown. Esa la vi y me gustó. Pero después veo las series de Marvel y las series de Star Wars con mi hijo. Pero la cinefilia de mi hijo me lleva a mucho de mi propia cinefilia. Es decir, ver películas con mi hijo es casi mi ocupación central en los momentos de ocio. Me ocupo básicamente de eso, de ver eso, entonces hay algo de cierto tipo de cine, por ejemplo, el siglo XXI es este, ¿no? Que ya no veo tanto porque me ocupo de revisar mi propia cinefilia, educando a mi hijo a ver películas. Entonces hay mucho de las películas que yo veo que tiene que ver con eso. Voy de a nuevo construyendo una cinefilia porque mi hijo se está volviendo cinéfilo y entonces lo voy acompañando y veo las películas con él.

Hernanii

¿Hay alguna película que no hubieras visto hace mucho tiempo y que volviste a ver con él?

Llinás

Todas las de Carpenter estamos viendo ahora por ejemplo.

Hernanii

¿Pero vos te sorprendiste y dijiste, “che, esta muy buena”?

Llinás

Todas, todas, absolutamente. Ver de nuevo John Carpenter que era una cosa de los ’90, ahora empezamos a ver Carpenter y él está como loco con eso, está fascinado, no sé, me gusta ver la construcción de un cinéfilo paulatinamente y entender qué es lo que le gusta, qué es lo que puede gustarle, por qué hay algo que no le gusta, por qué hay cosas que todavía no, por qué Lubitsch al principio sí, pero después hay algo de, bueno, eso. No sé, me parece lo más importante que yo puedo hacer como padre, ¿no? Es decir, formar a mi hijo en el cine.

Hernanii

¿Eso es lo más importante?

Llinás

Para mí sí. Si hay alguien que entiende el cine tiene la mitad de la vida ganada para mí, es decir, es algo puede ir a la literatura, puede entender la pintura, puede entender las cosas, la belleza del mundo

Hernanii

¿Para ser feliz o buena persona también?

Llinás

Y dale con lo de buena persona. Pienso que sí, desde luego. Mirá, siempre desde la historia del cine, desde que el cine es el cine hay gente que se ocupa de odiar al cine, siempre ese lugar que hoy ocupan Milei y este pelotudo que habla por el micrófono, toda esa manga de hijos de puta existió siempre. Gente que detesta el cine, que dice que los del cine somos snobs, que somos vagos, que somos libertinos, que somos esto, que somos lo otro. Eso existió siempre y siempre la gente que odió el cine es la gente de mierda. Siempre el cine fue odiado por la gente de mierda. Obviamente, no voy a construir la falacia de que basta con amar al cine para no ser una persona de mierda, pero es muy difícil encontrar un cinéfilo (difícil, no imposible) hijo de puta.

Hernanii

¿Cuál es tu ideología sobre cómo y a donde ir de vacaciones?

Llinás

Es difícil para mí, es lo más difícil. Me estás haciendo una pregunta personal. Me cuesta mucho, es lo que más me cuesta. Voy a empezar análisis y voy a hablar de eso. Lo que más me cuesta es el tiempo de ocio, lo sufro, lo sufro. Igual es como vos dijiste, ir en el auto por la ruta con la perra y mi hijo y mi mujer, y estar ahí, parar, hacer eso. Pero yo trabajo tanto, tengo tanta tensión acumulada que sufro las vacaciones. Entonces, hay una instancia pre-ideológica, te diría. Es algo que… Pero en principio la ruta define mi vida, hay que admitirlo. O sea, soy un hombre que se define por su relación con la ruta. Ese soy yo. Entonces, ahí si querés hay una ideología, no sé si es ideológico pero ruta-hoteles de ruta-estaciones de servicio, esa es la vida que yo construí.

Hernanii

Tenemos una sección en el programa que se llama sobrevalorado o subvalorado. Te voy a dar cuatro nombres y vos me vas a decir si te parece que estás sobrevalorado, subvalorado o correctamente valorado. El primero es Quintín.

Llinás

Subvalorado.

Hernanii

¿Por qué?

Llinás

Porque se lo valora por toda esa tremenda caparazón de odio e imbecilidad que tiene. Pero hay algo más que eso y yo que sufrí probablemente de Quintín los insultos más fuertes que recibí de nadie, y los desprecios, los desdén con mala intención, es decir, con una intención digna de un escorpión, ¿no? Aun así, nunca logré sumarme a todas las personas que odian a Quintín, que son muchas y con mucha justicia, porque él es alguien que evidentemente adora ser odiado, debería donar su cerebro a la ciencia. Es alguien que disfruta, que goza de ser odiado por todo el mundo, pero me da la impresión de que hay algo ahí que es alguien sin el cual muchos de nosotros no hubiéramos existido.

Hernanii

Breaking Bad.

Llinás

No tengo idea de lo que es. No tengo idea de lo que es Breaking Bad.

Hernanii

El secreto de sus ojos.

Llinás

No sé, ¿está bien valorada? ¿Está valorada como algo bueno, vos dirías?

Hernanii

Sí.

Llinás

Sobrevalorada, entonces.

Hernanii

¿Por qué?

Llinás

No sé, me parece una película… ¿Por qué me quieren una y otra vez enemistar con Campanella, que nunca me hizo nada, al que nunca le hice nada una y otra vez?

Hernanii

Juan Manuel de Rosas.

Llinás

¡Ah, qué buena pregunta! Su justo valor.

Hernanii

Cumpliste 50 años. Te pregunto como un periodista deportivo: ¿sensaciones?

Llinás

Me gustaría estar en la mitad. Si pudiera, me gustaría estar en la mitad.

Hernanii

Quizás lo logres, quizás lo logremos.

Llinás

Siento que me falta la mitad, ya que me hablas de sensaciones. Siento que me falta la mitad.

Hernanii

Te iba a preguntar también, vos que tenés ideas para todo, cuál era tu filosofía de crianza, Pero más o menos que la contestaste.

Llinás

La cinefilia, la cinefilia es muy buena.

Hernanii

Si lo transformo en cinéfilo, habré hecho mi trabajo.

Llinás

Sí, absolutamente.

Hernanii

¿Tu mujer comparte eso?

Llinás

Supongo que sí, creo que le gustaría más que sea de teatro, más que de cine, pero también le gustan las dos cosas. Me parece importante, primero, que mi hijo sea bueno. Es decir, que sea… No es muy valorado eso, pero para mí que sea bueno, que se piense de él como alguien bueno, me parece central. Es mejor que te tomen por boludo, lo que quede, pero sos bueno, que la gente sienta que sos bueno. Lo digo yo, creo que nadie piensa que yo soy bueno, pero me parece importante. Después, tiene una aversión por los deportes que me enorgullece enormemente, sobre todo por el fútbol, eso me parece, me enorgullece enormemente de mi hijo y después bueno la curiosidad me gustaría que leyera más, simplemente porque los grandes momentos de mi vida fueron leyendo. Pero sí, yo creo que la cinefilia es la mejor escuela, la mejor escuela posible. Es decir, es una escuela que te da, por ejemplo, a mi criterio, te da mucha conciencia política. Es decir, te explica cuestiones de política de una manera que es muy afín a la que yo creo, ¿entendés? Es decir, la idea del bien y mal, la idea de debilidad y fortaleza, la idea de fidelidad y no sé, siento que sí que hay una tradición humanista en el cine que es buena.

Para meter el dedo en la llaga. No hay políticos cinéfilos, ¿entendés? Bueno, Cristina dice que es cinéfila, puede ser. Pero no hay políticos cinéfilos. Vos te das cuenta de que hay algo en esa rigidez, en esa especie de… Notás la falta de cine. Alguien que vio una película de Frank Capra, y ahí saludo a Campanella, no puede ser así, no puede, ¿entendés? Hay una especie de corazón en la cinefilia que naturalmente te aleja de la tiranía, de la corrupción, de la voluntad de desigualdad, de la voluntad de oprimir.

Hernanii

Mariano Chinás, Muchas gracias por venir.

Llinás

Gracias a vos, muy divertido. Saludos.

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