Alfredo Leuco (Córdoba, 1955) es uno de los periodistas más conocidos de la Argentina, sobre todo a partir de su enfrentamiento con el kirchnerismo. Sin embargo, su historia política empezó en el comunismo y pasó por el progresismo antes de llegar a su republicanismo actual.
Esta semana estuvo en nuestro estudio para contar esta historia y hablar de muchos otros temas: cuál era la magia de las viejas redacciones de los diarios y revistas, el fin (o no) de Cristina Kirchner, su regreso al judaísmo y a Israel, qué quieren decir los cordobeses cuando dicen “negro”, cuándo y por qué se cambió el apellido y por qué prefiere a Palermo antes que a Riquelme. El episodio podés verlo en nuestro canal de YouTube o escucharlo en Spotify.
A continuación, una transcripción de la entrevista, apenas editada y emprolijada para una lectura más sencilla y amena.
Hernanii
Alfredo Leuco, bienvenido a Seúl Radio.
Leuco
Muchísimas gracias por invitarme.
Hernanii
Trabajaste en Clarín en los ’80, justo cuando se transformó en el gran diario argentino, lo manejaba Marcos Cytrymblum. ¿Qué tenía ese Clarín de especial que le fue tan bien?
Leuco
Marcos, ahora hace mucho que no lo veo, está muy cerca del kirchnerismo, pero fue una gran persona para mí. Es como que pasó casi a la clandestinidad, se borró, una especie de Greta Garbo del periodismo. Para mí ha sido uno de los más grandes periodistas que ha tenido la Argentina, yo lo pongo el nivel de Héctor Ricardo García, de Jacobo Timerman. Él revolucionó el diario, por eso el éxito. Clarín, hasta la llegada de Marcos Cytrynblum, con Eduardo Durruti —su anterior director— era un diario antiguo, un diario casi institucionalista. Titulaba: “Realizóse la reunión de gabinete”. Marcos fue el primero que, al menos en la Argentina, lo “arrevistó”, hizo cosas que para la época eran revolucionarias. Por ejemplo, publicó en la tapa del diario el casamiento de Violeta Rivas y Néstor Fabián, fue una revolución, lo repudiaban, “populista”, “berreta”, le decían, cómo un diario como Clarín, muy vinculado siempre a la historia del MID, del desarrollismo.
Marcos, entre otras cosas, fue el que inventó el campeonato mundial de ajedrez organizado por Clarín y vinieron todos los capos, Karpov, Kasparov, fue el que armó una mesa con todos tipo que escribían muy bien, la mayoría de ellos escritores como el Turco Asía, Luis Gregorich, Carlos Marcelo Thiery. Redactores especiales que escribían lo que querían y cuando se les cantaba. Yo hacía Deportes en ese momento, yo entré a Deportes, pero tuve la suerte de que eso estaba al frente de ellos. Entonces, el secreto fue “arrevistarlo”, llevar elementos de la vida cotidiana a los títulos de los diarios y llevar a los mejores redactores, hacer un diario no de gacetilla, no un diario formal, sino un diario muy humano, mucho deporte. Durante la dictadura, Clarín tenía 22 páginas de Deportes y 4 de Política, por eso empecé ahí, además venía del periódico deportivo aunque me gustaba la política.
Ése fue es el secreto. Qué sé yo, uno puede decir ahora Daniel Hadad con Infobae, Timerman, Héctor Ricardo García, cada uno lo suyo. Pero Marcos Cytrynblum no está lo suficientemente reconocido me parece, porque por una decisión personal se retiró. Vive ahí con sus pajaritos, qué sé yo, y nadie sabe dónde está, vive en un country.
Hernanii
¿Qué tenían las redacciones que el home office nunca va a tener?
Leuco
Lo mejor del mundo, para mí es mi lugar en el mundo, una redacción. Hoy entro a una redacción a visitar amigos y me late el corazón de otra manera, es impresionante. Me late de la misma manera que cuando llego a Córdoba. Cuando el avión aterriza en Córdoba, tengo otro tipo de olfato, siento algo favorable a mí que me contiene, que me ayuda. La redacción es un lugar extraordinario por muchísimos motivos. El primero, cuando no existía Google, vos estabas escribiendo y gritabas: “Che, ¿cómo era la capital de Chipre? Te contestaban 200 tipos. En general eran todos eruditos, tipos muy vinculados a la escritura, trabajar de periodista era para ganarse el morfi. Pero muchos eran escritores, mucha formación cultural, una vida muy bohemia.
Yo trabajé en el suplemento de Deportes, entonces los domingos cerrábamos y a las once y media, doce, nos íbamos a comer a un restaurante, todos juntos. Es un lugar muy contenedor, el intercambio permanente en el barcito, en el café, te enriquece, hablás con el tipo que hace Internacionales y te pregunta a vos sobre qué pasó con Boca, y vos le preguntas a él qué pasó, bueno ahora sería con Ucrania, en Israel. Es un lugar maravilloso donde fluye la cultura y donde se ve la pasión del periodismo, absolutamente distinto. Hoy, o sea, nosotros gritábamos “¡Material!” y entregábamos una hojita que la pasaba a buscar un cadete que la llevaba al taller con los linotipos o el archivo. Yo me formé yendo al archivo. No era que vos consultabas con Google o una inteligencia artificial, tenías que ir a buscar una carpeta marrón con los recortes. Entonces decía, qué sé yo, “Ahmadinejad”. Bueno, ibas a buscar y había recortes de todas las veces que había aparecido en el diario. Una maravilla, “la cuadra”, le puso el Turco Asís, pero se le decía así, “la cuadra”, “estamos en la cuadra”, una redacción gigante con esos escritorios, que vos lo levantabas y la máquina Olivetti estaba clavada abajo, entonces se te presentaba la máquina de escribir y escribías el texto ahí, después cuando te ibas lo guardabas o cuando tenías que escribir a mano. Bueno, qué sé yo, me despierta mucha emoción porque creo que el periodismo ha perdido mucho de eso. Tampoco soy de lo que dicen que el tiempo pasado fue mejor, ahora hay otras cosas emocionantes, pero bueno, esa bohemia y ese intercambio cultural yo creo que se ha perdido bastante.
Hernanii
Además yo creo que en una redacción por WhatsApp no fluyen las ideas de la misma manera como en persona.
Leuco
Totalmente de acuerdo, porque, aunque parezca mentira, se transforma en un momento en un trabajo colectivo en el que cada uno aporta desde su lugar. He tenido compañeros de trabajo intelectuales del carajo con los que he aprendido muchísimo. Uno que ya falleció, Oscar Raúl Cardoso, por ejemplo, el que hizo el libro con Eduardo van der Kooy sobre Malvinas. El Gordo era un erudito en lo que quieras, sabía de la OLP, sabía del cristianismo, escribía sobre política internacional. Y bueno, vos le preguntabas algún detalle de eso y te daba 15 minutos de cátedra. Así que yo soy de la época en que el jefe de política era Kirschbaum y el segundo era van der Kooy. Hoy los dos están arriba en el diario junto con Roa, ¿no?
Yo pasé a Política cuando empieza la democracia. Yo contrabandeaba política escribiendo en Deportes, infantilismos revolucionarios de creer que en una nota vos podías influir en algo, entonces, qué sé yo, una nota de un jugador Carrasco de River, que era muy rebelde, la titulé “Es un tiempo de guerra, es un tiempo sin sol”, como una canción de Viglietti, ese tipo de cosas. Pero bueno, eso sirvió para que cuando se abre la democracia, después de Malvinas, Kirschbaum viene y me dice: “Che, loco, yo leo tus notas, ¿te gusta la política? Bueno, vení a Política porque ahora va a tener 20 páginas”. Muchos periodistas deportivos, Marcelo Helfgot, fallecido, Julio Blanck, fallecido, muchos pasamos de Deportes a Política.
Hernanii
Esto lo mencionaste recién, pero hay un género en Estados Unidos, más popular en otras épocas, que eran las cartas de despedida a la izquierda que hacían intelectuales o periodistas en los ’70, los ’80.
Leuco
No se me había ocurrido.
Hernanii
No, tipos que habían sido de izquierda y un día anunciaban a sus compañeros y a la gente en general que habían dejado de serlo. Y me parece que vos sos un buen caso también, no digo para que escribas la carta, pero para que nos cuentes, me interesa cómo fue tu proceso, tu recorrido, cómo empezó.
Leuco
Yo tuve varias rupturas, como siempre, no es una cosa de un momento al otro. Yo estaba en el Partido Comunista en Córdoba, un caso muy especial porque Córdoba tiene la mayor cantidad de desaparecidos del PC en proporción a la cantidad total de desaparecidos. Y mi Facultad de Ciencia de la Información tiene la mayor cantidad de desaparecidos en relación a la cantidad de alumnos, porque era una facultad chica y tuvo una cantidad inusual de desaparecidos. Entre ellos, los dos hermanos de Norma Morandini.
Hernanii
Néstor y Cristina.
Leuco
Néstor y Cristina, llamados así, encima. Y además conocido mío, íbamos juntos a la cancha, él iba con un saco azul de ferroviario del padre, de la JP, y tocaba el bombo y me decía: “Leuco, no seas reformista, no seas pelotudo, venite a la JP”. Bueno, esa cosa, digamos yo hasta la Facultad de Ciencia e Información, integré el centro de estudiantes.
Hernanii
¿Por qué comunismo y no peronismo?
Leuco
Bueno, porque mis viejos eran gorilas. Yo estuve a punto de ingresar, me seducía lo popular y la izquierda en los ’70, te estoy hablando, y tenía la vuelta de casa un local del FIP, del Frente de Izquierda Popular, y ese nombre me sonaba bárbaro. Pero finalmente me afilié al PC, primero por un poco de gorila, porque el FIP era bastante pro peronista, de hecho sacó un millón de votos con la fórmula Perón-Perón, y mis viejos eran radicales, históricamente radicales. Yo me afilié al PC porque era un populista amante de los cantantes folclóricos que gritaban. Había dos que gritaban, Horacio Guarany y Roberto Rimoldi Fraga, que era de una derecha tradicional, nacionalista. Y Guarany siempre estuvo vinculado al PC.
Y en el colegio secundario, una vez un pibe me dice, “¿A vos te gusta Guarany? En el secundario, el Manuel Belgrano, que es como el Carlos Pellegrini. “Sí, me encanta, me sé todas las canciones”, le digo. “Mirá, esta noche está en un acto clandestino por la libertad de Agustín Tosco”. Agustín Tosco, para los jóvenes, fue el dirigente más importante que tuvo la izquierda en el mundo sindical, fue un dirigente clasista de Luz y Fuerza, muy honesto, que tenía su propia CGT en Córdoba, diferenciada de la CGT del peronismo. Y esa noche vamos a un local de una cancha de básquet, y los gritos, las banderas y cuando habla Guarany, dice “Bueno, tenemos que empujar para que lo liberen Agustín Tosco, un preso político”. Y canta una canción, los que son folcloreros o hinchas de Guarany por ahí la recuerdan, en homenaje a Tosco, una poesía muy linda, lo llama el quetzal. “Por la larga avenida viene un pueblo de pájaros, un ejército blanco, con fusiles de árboles, el quetzal general, coronel el zorzal. Y el pájaro campana, capitán de los pájaros”.
Bueno, terminó el acto, estaba muy agitado, entusiasmado, y este amigo me dice de ir a un asado en el sindicato de Luz y Fuerza, que iba a estar Guarany. Éramos pibes del colegio secundario. Bueno, vamos, vienen los tipos de seguridad y éste que me había llevado les dice a los tipos que éramos de la Fede, de la juventud, lo queremos abrazar Horacio, que lo admiramos. Y Guarany dice “que pasen, que pasen”, estaban comiendo un asado, siete, ocho dirigentes sindicales. Entonces nos dice: “Muchachos, tienen que luchar”, qué sé yo y nos da un abrazo y sigan luchando. Yo, feliz de la vida, para mí había tocado el cielo con las manos. Y cuando salimos, no olvidé la palabra, le digo a Manolo, este pibe, “Che, él dice que sigamos luchando y yo soy un zángano, yo no hago nada, a mí me gusta ir a bailar los boliches”. Y él me dice: “Bueno, ¿querés dejar de ser un zángano? Afiliate al Partido Comunista”. Y lo primero que le pregunté fue: “Y de Dios, ¿qué piensan?”. Y él me dijo “No, no hay problema, acá somos amplios en ese sentido”, una mentirita me dijo.
La primera gran ruptura fue por la relación del Partido Comunista con la Unión Soviética, relación directa y económica.
Ahí yo me incorporé, pero la primera gran ruptura fue por la relación del Partido Comunista con la Unión Soviética, relación directa y económica. La dictadura tenía ciertos cuidados, pese a lo que te conté que pasó en Córdoba. De hecho, los del partido te decían que si caías en cana dijeras que eras del PC, no que eras de izquierda. Pasaba que la dictadura le vendía trigo, había una relación con los soviéticos. Eso ya me volvió loco, la posición del PC fue muy suave, de hecho decían que Videla era institucionalista y que había que apoyarlo para evitar el pinochetismo, ese era el concepto brutal. Entonces ya empecé a dejar de concurrir a las reuniones clandestinas que se hacían. Eso fue lo más fuerte, porque compañeros míos habían desaparecido, entonces cómo es eso de que Videla es institucionalista. Después vi que había reuniones muy ocultas entre cuadros bajos del PC con algunos tipos de la dictadura. No me gustó para nada y ya tomé mucha distancia. De hecho, mi último vínculo, que me arrepiento tremendamente, fue votar al peronismo en el ’83. Yo me arrepiento de no haber votado a Alfonsín, porque el PC votó a Luder porque ahí estava el pueblo. Muchos todavía piensan eso del pueblo, de donde está la liberación.
Hernanii
Myriam Bregman hace dos días.
Leuco
Myriam Bregman, Nicolás del Caño. Margarita Stolbizer fue con Sergio Massa pensando que donde el pueblo está con el peronismo y que hay que estar ahí. Y peor en Córdoba, en Córdoba me hicieron votar a un fascista, directamente, a Raúl Bercovich Rodríguez. O sea, yo voté a Luder y a Bercovich Rodríguez, hoy me cortaría la mano porque eran pesados, eran patoteros, eran anticomunistas.
Hernanii
¿Y después apoyaste a Alfonsín?
Leuco
Más o menos, más o menos. Pero sí es importante que ahí yo corto, y ahí está lo de la carta, te la estoy haciendo muy larga, disculpame. Pero lo de la carta: yo voy a cubrir por Clarín la manifestación contra los carapintadas en Plaza de Mayo, la vez de “la casa está en orden” de Alfonsín. Tengo una foto extraordinaria, hermosa, con Julio Blanck. Los dos en el balcón de Perón, porque esa día dejaron entrar al periodismo, entramos a la Rosada como si fuera nuestra casa. Y lo descubrimos a Alfonsín en la capilla rezando con José Ignacio López antes de ir a ver a Aldo Rico y a los carapintadas. Y ahí estaba Adelina de la UCD, estaba Manzano, estaba Cafiero. Ahí cambió algo en la Argentina, por primera vez un presidente de la Nación, radical, y el presidente del PJ estaban juntos para defender la democracia. El peronismo no había ido a golpear la puerta de los cuarteles, ahí se cerró la brecha peronismo-antiperonismo. La abrió de nuevo Néstor Kirchner, pero en ese momento se había cerrado la brecha.
Yo tenía que irme escribir y cuando empiezo a bajar veo que la columna del PC se va, a contramano por Rivadavia, giran y se van puteando a Alfonsín. Entonces ahí está mi carta, digamos, está escrita, una columna en la que hice una crónica, todo esto que te conté, lo conté en el diario, diciendo que el Partido Comunista pegó un giro de 180 grados y se fue a contramano por Rivadavia, “como siempre a contramano de la historia”. Bueno, ahí los amigos que me quedaban me dijeron de todo, traidor, hijo de puta, agente de la CIA, esas cosas que se dicen. Hoy todavía me acusan de eso, ¿no? Pero bueno, ésa fue la ruptura definitiva, nunca más tuve nada que ver con el Partido Comunista.
Hernanii
Hay una frase que dice que en los ’90 éramos todos antimenemistas. ¿Estás de acuerdo?
Leuco
Éramos todos antimenemistas, yo fui un duro crítico de Menem. Yo además le hice un juicio a Menem por un programa que hizo que nos levantaran, lo hacíamos con Román Lejtman, Luis Majul y Marcelo Longobardi. Nos levantó, nos censuraron. Era un programa hermoso, con cosas novedosas en lo periodístico, en lo político. Y el segundo informe fue la pista de Anillaco, la pista que tenía Menem en Anillaco, y Menem lo llamó a Eurnekian para que nos, sólo pudimos hacer dos programas. Y al otro día dijo que nosotros éramos ladrones pagados por la oposición, me llamó mi vieja llorando. Y le hice juicio. Después se lo levanté con el tiempo, pero le hice juicio a Menem por eso, porque jamás me habían dicho que yo era un ladrón y que era pagado por la oposición, que por supuesto era absolutamente mentira. Pero después recompuse la relación con Menem, charlamos muchas veces, era un tipo muy afable, sumamente carismático, al lado de los Kirchner era un monaguillo, porque vos fíjate, era un tipo… Era la vieja corrupción. Los Kirchner reinventaron la corrupción, la hicieron masiva, hicieron un plan sistemático de corrupción. A lo mejor Menem y varios de los que estaban al lado se quedaban con un vuelto, sobreprecio en la obra pública, pero era una corrupción menor. Ahora me doy cuenta, en aquel momento lo acusamos de que era un gran corrupto, pero terminé con una relación correcta con él, chicaneándonos mutuamente. Hoy lo he revalorizado, por supuesto que no lo votaría, pero además a la luz de este viraje hacia el liberalismo o a una forma de liberalismo, en algunas cosas, sobre todo en economía, Menem tenía razón.
Hernanii
En 2003 firmas una solicitada apoyando en las elecciones a Néstor Kirchner.
Leuco
Eso me ha traído mucho más problemas de lo que yo me imaginaba, porque a mí me atacaron muchísimo durante el kirchnerismo, muchísimo, la pasé mal, me cagaron a trompadas, me robaron la mochila con mi computadora, me echaron dos veces de los medios. Y fue un error de mi parte, la que era mi esposa en ese momento, la madre de mi hijo, psicoanalista, me dijo: “¿Por qué firmás esto? Vos sos un omnipotente que te creés que tu firma puede cambiar la historia”. Y yo la firmé porque tenía miedo de que si ganaba Menem se generara una situación de violencia en la Argentina. Fui el único periodista que firmó, porque el otro periodista fue Miguel Bonasso, que lo hizo en carácter de militante. Yo estaba en Clarín y firmé a favor de eso. Y creo que eso me perjudicó mucho. No digo que perdí credibilidad con los medios, porque la gente se olvidó de eso. Pero Néstor, por ahí, se creyó que yo era un militante de ellos, entonces cuando lo empecé a criticar —y a criticar duramente—, varias veces me llamó a mi casa, me repudió y me acusaba de traidor. Ccomo diciendo, “vos eras nuestro”. Yo nunca fui kirchnerista y lo voté solo por votar en contra de Carlos Menem. Y creo que esa solicitada a él lo confundió y sintió que yo lo había traicionado, y que era un tipo de ellos. Pero nunca fui peronista y a Néstor lo voté por default, nada más. Pero sí, estoy muy arrepentido de haber hecho eso, pero bueno, son las cosas que uno hace, las cagadas que uno hace.
Hernanii
Esa época, el gobierno de Néstor, muchos periodistas apoyaban más o menos al gobierno, la ideología dominante del periodismo era el progresismo, que había nacido con el antimenemismo.
Leuco
En el ’83 ganaba el Partido Intransigente en Clarín, y segundo salía el PST. Sí, sí, yo me consideraba progresista. Ahora tengo otra concepción. Como tantas cosas, el kirchnerismo profanó palabras y conceptos sagrados, profanó el tema de los derechos humanos. Yo me siento defensor de los derechos humanos. Profanó el tema de la palabra progresista, la vació de contenido. No se puede ser progresista si apoyás a dictaduras como la de Fidel Castro o Chávez. Entonces hoy no quiero usar la palabra progresista, hoy estaba escribiendo una columna y me salió “progresista” y después la borré, porque digo, la han vaciado de contenido. Quiénes serían progresistas, Juan Grabois y Estela Carlotto. No, son reaccionarios profundos, conservadores, cuasi autoritarios.
Hernanii
De hecho hiciste un documental que simpatizaba mucho con la figura de Lula en esa época.
Leuco
Sí, es un trabajo que todavía me gusta haberlo hecho, porque me fui con un camarógrafo y un productor, amigos, con dos mangos a entrevistar a Lula a Brasil. Para llegar a él recurrí a Víctor De Gennaro, que era el mejor amigo de Lula en la Argentina y con quien tenía una gran relación. Víctor me hizo una carta y nos mandamos al sindicato metalúrgico ahí en San Pablo. Era el día del cumpleaños de Lula y el de las elecciones, así que fuimos a su casa con una torta con los del gremio, accedimos a su intimidad. Lo filmamos con una camarita que tenía, además de la profesional del camarógrafo, hice un video con buenas entrevistas, con la mujer de Lula en ese momento. Fijate vos que se lo llevé a Página 12 y lo tomaron y lo distribuyeron con el diario. La política de Brasil me resulta fascinante.
Hernanii
¿Cambió tu opinión sobre Lula?
Leuco
Sí, Lula hoy es un tipo del Grupo de Puebla, es un tipo que va a venir a visitar a Cristina. Lula, lamentablemente el PT, no sé si la gente sabe, pero eran como cuatro grandes grupos, desde un grupo más socialdemócrata hasta grupos trotskistas. Y Lula siempre fue cristiano más que marxista. Y en ese momento me pareció un tipo razonable, un tipo que podía convertir a la izquierda en algo… Era una expectativa con él y con el Pepe Mujica. Después la lógica de los aparatos se lo consume y en la política internacional termina siendo antisemita, apoyando dictaduras. A Lula hoy no lo votaría ni de casualidad, pero en aquel momento sí lo hubiese votado.
Hernanii
¿Cómo fue el episodio aquel de que Julio de Vido hizo levantar otro programa que vos tenías con Longobardi?
Leuco
Bueno, esto que te dije, en América tenía un programa, “Fuego Cruzado”, muy interesante, porque en esa época pensábamos distinto. Yo era el presunto progre y era el presunto liberal de derecha, pero tenía una buena relación personal. Dijimos, va a ser lindo debatir ante el público, hagamos el programa, nos fue extraordinariamente bien para aquella época, un programa domingo a la noche, típico horario de política, llevaba más de 12 puntos de rating. Y en su momento, bueno, teníamos distintas cosas novedosas, un humorista que lo imitaba Néstor Kirchner. Y al programa número 12, llamó Julio de Vido, me imagino que por orden de Néstor o de Cristina, y nos echaron. Impresionante fue.
En ese momento los dueños de América eran Vila y Manzano. Y yo terminé el último programa solo. El programa era el domingo, el viernes Marcelo Longobardi se desmayó en la radio por las presiones que le hacían a Hadad en ese momento, que le pedían a Hadad que lo echara a Longobardi de la radio. Aquel viernes se fue en ambulancia de la radio. El sábado a la noche yo discuto muy fuertemente con Vila por teléfono, le dije que no quería hacer el programa porque me querían levantar un informe sobre los fondos de Santa Cruz. Algo que quizás ya se ha olvidado, pero fue la primera gran corrupción, 600 millones de dólares que se los chorearon brutalmente los Kirchner, el primer gran robo. Y bueno, Vila me dice que el informe de los fondos de Santa Cruz no puede ir. “Ah, bueno, entonces yo tampoco voy”, le digo. “Ah, te haces el guapo, sos periodista independiente. Comprate un canal, entonces”. “Bueno, me voy a comprar un canal un día de estos, pero el informe no lo levanto”, le digo. Y entonces arrugaron un poco, me dijeron que hiciera el programa, “hacé lo que vos quieras”.
Ah, te haces el guapo, sos periodista independiente. Comprate un canal, entonces.
Bueno, hice el programa solo, y al aire, mi editorial del comienzo fue diciendo: “Me imagino que estará contento, Néstor, ¿no? Este programa, que era un pequeño granito de arena en sus zapatos, usted es un tipo de suerte, tiene una mujer hermosa, tiene muchísimo dinero, muchísimo dinero, todo el periodismo, la gran parte del periodismo está a favor, y este pequeño granito de arena le molestaba”. O sea, dos veces nos censuraron programas en América, una vez por Julio de Vido y la primera por el propio Carlos Menem.
Hernanii
Al año siguiente, en 2008, empieza lo que se llama la grieta, con el enfrentamiento con el campo y ahí realmente el kirchnerismo se hace más peronista y muy hostil a cualquier tipo de crítica. Pero muchos de los periodistas de tu generación que habían sido de izquierda o progresistas, siguieron en el kirchnerismo.
Leuco
Yo perdí muchos amigos.
Hernanii
Eso es un movimiento que hiciste un poco en soledad.
Leuco
En soledad, pero a mí lo que más me dolía era que, digamos, el doble discurso, esos tipos que habían defendido la honestidad en la política, la ética, que habían defendido, incluso algunos más grandes que yo, que habían participado en la experiencia de Montoneros, que yo no participé en ninguna manera, a ellos les molestaba. Ahora, después de todo lo que había pasado, el autoritarismo, el militarismo, la romantización de la violencia, todas esas cosas terribles, y bueno, cuando pasó esto, recuperaron eso. A muchos les pasó eso, e insisto, perdí un montón de amigos.
Hernanii
Porque hubo un retroceso, porque en los 90, no sé si por oportunismo o por convicción, después pareció oportunismo, muchos de los militantes de los ’70 parecían reconciliados, no solamente con la democracia, sino con la economía de mercado. Y de repente, 10 años después, habían vuelto a sus sueños juveniles.
Leuco
Fue tremendo. Eso era la capacidad de seducción que tenía Néstor. Conozco algunas anécdotas de cuál era su manera de seducir. Al principio mucha gente se pensaba que era por plata. Pero al principio fue por ego, no por plata. Es famoso cuando lo llama a José Pablo Feinmann. Le dice, “José Pablo, yo soy un admirador tuyo. Y vos no estás suficientemente reconocido por la sociedad. Vos sos un escritor revolucionario. Vos merecés otro lugar”. José Pablo salió de ese lugar como si hubiese visto Perón, como si hubiese visto a Perón o a John William Cooke, qué sé yo.
Con Víctor Hugo hizo lo mismo. Yo estaba al lado de Víctor Hugo cuando pasó esto, porque trabajamos los dos con Fernando Bravo en Radio Continental. Al principio no le pusieron plata a Víctor Hugo, al principio fue masaje de ego. Víctor Hugo nunca había hablado con un presidente y él lo critica, lo critica fuerte al aire a Néstor Kirchner y Néstor lo llamaba por teléfono, la producción estaba al lado, el teléfono de la producción, teléfono fijo, y viene el productor y dice “Néstor Kirchner”. Y habla 10, 15 minutos, “sí presidente, sí presidente”. Kirchner le hizo una mentira fenomenal, que era porque tenía una deuda no sé qué, que había comprado millones de dólares no para especular, sino por una deuda con un hotel. Y bueno, lo convenció, y cuando vieron que Víctor Hugo, que era un comunicador muy famoso y muy importante, se puso del lado de ellos. Y encima Víctor Hugo tenía un enemigo que lo tiene hasta hoy, que es Clarín, cuando vio que el gobierno se ponía contra Clarín, bueno, se sumó. Después ya era otra historia, después hacía una charla por día en cada intendencia, lunes, martes, en cada intendencia de la provincia de Buenos Aires y le pagaban una fortuna por hacer una charla en Quilmes, en Lanús, en qué se yo, pero primero fue el ego.
Hernanii
Me gusta esta hipótesis del ego porque se hizo muy popular el tema del “ensobrado”, y yo creo que muchas veces es más ego que sobre.
Leuco
Pero no tengas dudas. En el ámbito periodístico hay corrupción, por supuesto, uno muchas veces no tiene la posibilidad de hacer la denuncia porque es muy difícil de probar, porque no lo hacen a la luz pública, pero uno se da cuenta. Uno que está adentro sabe. Pero en muchísimos casos los periodistas se hacen adictos a determinado partido político, o dirigente, o líder por el ego o por la dependencia de la fuente, la dependencia de la fuente de información. Conozco varios que no son corruptos, y hoy están con Milei a muerte, pero porque le tiran información, primicias, entonces le dicen “Mañana Patricia Bullrich y Milei van a anunciar la reforma de la Policía Federal”. Y ellos la tiran y todavía tienen esa pulsión, ese erotismo que da la primicia. Yo también la tengo, eso no se pierde. Si perdemos el erotismo de la primicia, no somos periodistas. Es tremendo. No lo quiero decir abiertamente, pero uno se calienta. O con un nuevo enfoque, cuando vos escribís y encontraste una vuelta distinta, eso también te excita. E insisto, yo por eso sigo laburando, porque eso todavía lo siento. Pero yo no veo a Milei comprando periodistas, tengo muchísimas críticas a Milei, pero yo no he registrado que…
Hernanii
Sobre todo con su relación con los periodistas.
Leuco
Sí, con los periodistas es terrible. Milei es un tipo que para mí se pega tiros en los pies, se equivoca, corta mal el bacalao, deja de un lado a los que somos defensores de la libertad, de la república, de los derechos humanos y los mete en la misma bolsa que a los kirchneristas. Un delirio desde lo político, un error brutal, me parece a mí. Ellos dicen que está bien porque la confrontación, ya sabemos. Pero así y todo yo no tengo registrado, no he escuchado que haya compra de periodistas. Claro que a algunos les ponen pauta y a otros no, que hoy la pauta está en Aerolíneas, en el Banco Nación. Chiquitaje para el periodismo, sobre todo para los periodistas más conocidos que laburan en la tele. Es un vuelto, esa pauta es un vuelto, apenas.
Hernanii
¿Palermo o Riquelme?
Leuco
No, yo soy fanático de Palermo, fanático de Palermo. Lo de Riquelme ahora, que se ha hecho kirchnerista, que hay sospechas serias sobre su conducta y la de su su hermano en Boca. Con mi hijo hemos ido a todos lados, yo viví la mejor época de Bianchi, hemos ido a Japón a ver a Boca con Diego, él tiene ese nombre por Maradona. Y Palermo es un tipo extraordinario, un gladiador, un tipo querible, buena persona, un guerrero. Es un líder absolutamente positivo. Ahora tengo alguna relación, varias veces en mi cumpleaños los productores me lo sacaron al aire para que me felicite a mí o a Diego. Pero viste cómo somos los de Boca, que no puteamos a nuestros jugadores. Yo no puteé nunca a Riquelme, en todo caso no lo aplaudía. Cuando lo anunciaban por los altoparlantes, yo no aplaudía, y cuando decían “Palermo” saltábamos. Alguna vez se lo conté a Palermo, se reía muchísimo con eso.
Hernanii
¿Cuánto cambió, si cambió mucho, tu relación con el judaísmo y con Israel desde el 7 de octubre de 2023?
Leuco
Muchísimo, muchísimo. Ando con ganas de hacer un libro. Ah, bueno, ahora acabo de terminar un documental, pero ando con ganas de hacer un libro, ¿Por qué volví a ser judío?, se llama. Lo estoy laburando. Cambió muchísimo, fue un proceso. Las bombas a la embajada de Israel y a la AMIA fueron dos momentos incluso donde incluso estudié la posibilidad de sacarme el nombre de Leuco y poner mi verdadero nombre, que es Lewcowicz, para que no quedaran dudas sobre de qué lado estaba. Después, bueno, compañeros, jefes me dijeron: “Dejate joder, tenés 15 años de periodismo, instalaste tu apellido, vas a cambiar de apellido. Hacés política, expresás tus pensamientos, pero no te cambies el nombre”. Después, Nisman, otro golpe durísimo que me fue empujando hacia el regreso al judaísmo, que era lo que mi viejo siempre había soñado. La edad, supongo, la edad volver a… Mis viejos no eran grandes observantes, pero iban al templo, los días más importantes, y el 7 de octubre fue demoledor. Creo que no está lo suficientemente valorado lo que ha significado para la civilización occidental el 7 de octubre y lo que sigue significando y todo lo que está pasando con Irán ahora. Coincido mucho con el libro de Julio María Sanguinetti que dice que Israel es la última trinchera de Occidente. Si cae Israel, cae Occidente. Muy gracioso porque yo le hice entrevista para el documental y bueno, lo conozco bastante a Sanguinetti, y él dice que no es judío pero es sionista, porque defiende al Estado de Israel, que es el único Estado democrático de la región.
Coincido mucho con el libro de Julio María Sanguinetti que dice que Israel es la última trinchera de Occidente. Si cae Israel, cae Occidente.
Hoy me siento muy cerca de Israel, he vuelto ahora a hacer un shabbat, a ir al templo, no soy de ir todo el tiempo ni nada, pero he recuperado muchas cosas que mi viejo intentaba meterme en la juventud y en la infancia, que yo no le daba bola a mi viejo. Y más, te voy a dar una primicia. Yo hice el bar mitzvah a los 13 años sólo para darle una satisfacción a mi padre, pero no me interesaba para nada, aprendí de memoria lo que tenía que decir. Y hoy ando con ganas de hacerlo pero conscientemente, ¿no? Conscientemente, me siento profundamente identificado. Tengo un amigo que quiero mucho, Marcelo Birmajer, que dice que hay mil formas de ser judío, pero ninguna de no serlo. Bueno yo tengo mi forma de ser judío también.
Hernanii
¿Cuándo fue que empezaste a usar el apellido Leuco?
Leuco
Durante la dictadura, el 24 de marzo de 1976, dos camiones de soldados fueron a buscarme por mi militancia en la Facultad de Ciencias de la Información. Habíamos caído presos entre 25 y 30 días antes del golpe. No pretendo victimizarme por lo que pasó, pero estuve 24 horas detenido, en cana.
Esto ocurrió después de lo que se conoce como “la noche del terror” en Córdoba, protagonizada por el brigadier Lacabanne, un fascista que había sido puesto como interventor por Isabel Perón. Una noche organizó ataques contra el local del Partido Comunista, el del Partido Socialista y el sindicato de Luz y Fuerza de Tosco. Entraron grupos civiles de la Triple A —que en Córdoba se llamaba Comando Libertadores de América— junto con la policía cordobesa y matones de los gremios. Incendiaron todo, mataron gente, y en el local del PC asesinaron de forma salvaje a una compañera, líder del gremio de comercio, que se había quedado cuidando el lugar. Al día siguiente organizamos una concentración en la puerta del local partidario destruido. Cortamos la calle parcialmente —dejábamos pasar los autos— y les dábamos panfletos explicando la situación, pidiendo colaboración para reconstruir el local. Después de dos horas llegaron cuatro patrulleros y nos detuvieron a todos: éramos entre 70 y 80 personas.
Nos llevaron a una comisaría que funcionaba como servicio de inteligencia. El director, al que llamaban “el gordo bueno” porque no torturaba, era el padre de Telleldín, el de la AMIA. Ahí nos pegaron, pero nada grave. Cuando me pidieron nombre e identidad se los di, aunque no tenía el documento encima. Un escribiente —menos mal que era analfabeto— escribió muy mal mi apellido: en lugar de “Lewkowicz” escribió algo que empezaba con M. Por esa identificación errónea, cuando fueron a buscarme a casa el 24 de marzo de 1976 con dos camiones y 35 soldados, mi madre pudo decir que no conocía a esa persona, que su hijo estaba estudiando en casa de una amiga. Se fueron. Yo estaba intentando tomar la Facultad de Ciencias de la Información —la idea era que ante un golpe de Estado, los estudiantes tomaran las facultades y los obreros las fábricas—, pero estaba rodeada por tanques del ejército. Nos dirigimos a una casa de seguridad donde decidimos dispersarnos. Me escondí 15 días en casa de una tía.
En 1978 trabajaba comentando el Mundial para la televisión universitaria. El interventor, un coronel muy futbolero, me dijo: “Vos acá no corrés peligro, no mataste a nadie. Sos reformista, pero no vas a poder trabajar nunca más en medios de comunicación. Andate”. Y me dio toda la lista de mis parientes: mi tía, mi primo con la farmacia. Ahí me corrió un frío por la espalda: sabían todo sobre mí. Al día siguiente me fui a vivir a Buenos Aires. Empecé a trabajar en la revista Goles, después en Deportes de Clarín, y tras Malvinas, en 1982-83, pasé a política.
Respecto al apellido: en Córdoba ya firmaba como “Leuco” para ocultarme de quienes me buscaban. Seguía haciendo periodismo deportivo, pero la firma era una forma de protegerme. Decidí acortar el apellido para hacerlo más sencillo. También soñaba con ser relator de fútbol y me parecía que hacía falta un nombre corto, fácil de recordar. Básicamente fue para protegerme durante la dictadura, y ya me quedó así.
Hernanii
¿Por qué tanta gente de izquierda pasó de defender el proletariado a ahora defender a Jamás? ¿Cómo explicas eso?
Leuco
Bueno, para entender eso te recomendaría que leas Seúl (risas). Creo que, no lo digo por chuparte las medias, pero vos sabes que ya te he llevado varias veces a la tele. Me gustan mucho las revistas teórico-políticas, de ciencias políticas, claramente Seúl es la mejor, porque escriben en castellano. Han encontrado un estilo, vos sobre todo, pero muchos, un estilo que es no utilizar sofisticaciones tontas para ocultar, para que no quede tan claro el pensamiento. Escriben como se habla y es muy interesante, eso es muy interesante y aporta mucho. Varias de las mejores notas que he leído al respecto han salido en Seúl, están las notas de Schapire, bueno, muchos que me gustan. Y obviamente lo explico a través de, bueno, la caída del Muro de Berlín, la caída de la izquierda clasista y marxista, y esa reformulación de la cultura woke. Y por ese lado, de oprimido y opresor, se ha sumado toda la cosa de género y que los hombres blancos y heterosexuales son victimarios de los demás. Creo que han encontrado por ese lado, pero yo creo que en el corto plazo se está desmoronando todo eso. Un dato, vos te acordás de este pibito Grimson el que decía “les pibis”. Viste que ahora apareció de nuevo apoyando a Cristina, ya no dice más así, ya empezó a hablar en castellano otra vez.
Hernanii
Y dice “nosotros” en lugar de “nosotres”.
Leuco
Creo que han chocado contra la realidad, se han sarpado tanto, se han emborrachado tanto con tanta sanata… Y bueno, esto que apoyen a terroristas que los matarían. Escuchame, las mujeres desfilan con la bandera de Milagro Sala. Sólo les pido, por favor, que lean el expediente, las mujeres que han contado que Milagro Sala las agarraba latigazos. No cachetazos, latigazos. A la que era la segunda de Milagro Sala la envolvieron con una frazada y la patearon entre cinco hombres. Eso era Milagro Sala, y ellos van con su bandera. Bueno, es lo mismo, llevar la bandera de Hamás o apoyar a Hezbollah. No durarían ni cinco minutos con el cuento de la “Palestina libre, laica y socialista”. Dejate de joder, ni libre ni laica ni socialista, te liquidan por zurdo, te liquidan por homosexual. Que les vayan a preguntar a las mujeres de Irán qué es lo que piensan sobre esa consigna de libre, laica y socialista.
Hernanii
¿Cómo puede ser que en 45 años en Buenos Aires no hayas perdido este acento?
Leuco
Es impresionante, porque sale de adentro. Cuando me enojo o me apasiono, sale mi cordobés. Hay varios motivos para esto. Primero, porque me encanta ser cordobés. Tengo solo tres certezas en la vida —todo lo demás lo dudo—: que soy padre, que soy periodista y que soy cordobés.
Amo la tonada. Cuando llegué a Buenos Aires todavía había una ley de la dictadura que no permitía a los locutores hablar con tonadas regionales: tenían que hablar en neutro, si no, no les daban trabajo. Eso quedó un poco en las radios, y yo por rebeldía seguía hablando como quería. Me encanta la tonada, me parece que tiene que ver con nuestras raíces, con lo que soy. Además, cuando vivían mis viejos, iba una vez por mes a Córdoba y era contagioso: cargaba combustible de la tonada y no se me iba. Tengo orgullo por la tonada cordobesa, me siento orgulloso y contento de haber nacido en Córdoba.
Hernanii
Siempre se dijo que el rating es tirano en la tele y en la radio, ¿ahora es peor?
Leuco
Sí, diez veces peor. Hace dos años me bajé de los programas diarios de televisión y radio. En un momento hacía todos los días Radio Mitre a la tarde y todos los días LN+ (menos los viernes). Fue una locura que me resisto a aceptar. Primero, venía muy cansado de toda la lucha contra el kirchnerismo. Si bien yo pegaba fuerte, también recibía. Estaba agotado de pegar y de recibir. Pero además, la televisión en vivo y la radio en vivo —la radio menos, porque el rating viene una vez por mes y suma tres meses— generan un nivel de estrés y locura impresionante. En televisión es minuto a minuto. Eso enloquece a tus compañeros de trabajo, genera competencia con los demás y con tus propios compañeros del mismo canal.
La televisión en vivo y la radio en vivo generan un nivel de estrés y locura impresionante.
Terminás teniendo peleas insólitas: te peleás por un invitado porque te parece que te va a medir más. “No, yo invité primero a Graciela Ocaña”. “Ah no, yo le dije antes de ayer que venga Ocaña”. Por favor, hablamos de Graciela Ocaña, a quien respeto y quiero. Entonces tomé esa decisión. Al principio me quise tomar un año sabático, pero mirá la vuelta de la vida: el gordo Lanata y mi hijo Diego me dijeron “Vos estás loco. Te apasionás tanto con esto que un año sin laburar de periodista te vas a volver loco. Hacé algo, pero achicate”.
Fui y les dije en la radio, en Mitre y en La Nación: “Mirá, si quieren que siga, me bajo a un programa”. Entonces ahora hago los domingos Radio Mitre de 10 a 1, y los martes en LN+. Los miércoles, jueves y viernes sigo trabajando —leo, veo fuentes— pero no tengo vivo, no me miden el rating, y aprovecho para viajar a Córdoba, ver a mis amigos. Quiero recuperar parte de mi vida que le entregué al minuto a minuto. Es una locura que deforma. Algún día, si querés, hablamos de lo que son los portales, la dictadura del click, el algoritmo. Son cosas brutales que están transformando —no sé si deformando, por ahí lo digo de viejo— la forma de comunicar y hacer periodismo.
Hernanii
A mí lo que me deprimía un poco del kirchnerismo y su enfrentamiento con el periodismo, y que puede empezar a pasar ahora con Milei, es que los diarios dejaron de preocuparse 100% en su producto, en un momento de mucho cambio, de muchos desafíos a su modelo de negocio, porque tenía una pelea mucho más importante. Entonces, como que se concentraron menos en el producto, ¿no? Porque el Gobierno es una amenaza más fuerte, obviamente. Y creo que eso se nota en la calidad, en los presupuestos que hay, ha cambiado mucho. La culpa no la tienen solamente los gobiernos, ¿no? Ha cambiado mucho todo en el mundo, pero veo que la dictadura del click, por ejemplo, es un negocio de corto plazo.
Leuco
Es muy probable. Yo ya no entro más a ciertos portales. Al principio me enganchaba, pero ahora no. Te titulan sin darte la información, y para encontrarla tenés que ir a buscarla al cuarto párrafo. Cuando yo aprendí en la Facultad de Ciencias de la Información era todo lo contrario: la pirámide invertida, primero el título con la información más importante. Lo hacen para que tengas más tiempo en la página, para generar más clicks. Yo, al que titula de forma confusa, exagerada, o escondiendo la información fuerte, no lo leo. Me voy del portal. Ya lo único que falta es que me tenga que leer cuatro párrafos para saber de qué se trata. “La impactante declaración de José Luis Espert”… y la declaración impactante aparece recién en el cuarto párrafo.
Hay muchas cosas. Es una transformación profunda. No sé si viste el caso de Hernán Feler, el relator de fútbol que quiero y admiro mucho. Metió en su relato el tema del pedido por los rehenes en Israel, e Instagram lo levantó, lo censuró. Lo llamo a mi hijo y le digo: “¿A quién tengo que putear porque lo censuraron?”. “No sé”, me dice Diego. “¿Quién dice que él no puede pedir por los rehenes de Israel? ¿Quién lo censura?”. Me dice: “Mirá, es el algoritmo el que lo quita. Si vos ponés una palabra ‘inconveniente’…”. Después me contó que le levantaban cosas porque las consideraban discriminatorias —jodas que hacían entre amigos, permitidas por los amigos— y me dice: “Mirá, es muy probable que lo hayan levantado porque cinco o seis personas lo denunciaron”. O sea, salvajes que están en contra de la libertad te denuncian en Instagram, y el algoritmo te baja el contenido.
Hernanii
A nosotros nos pasa, no nos han censurado contenido, pero sí nos han impedido publicitar contenido. “Esto viola las reglas de discurso político, antidiscriminación” y por ahí era alguien criticando a Milei o criticando al antisemitismo. Esas publicidades no pasan.
Leuco
Es raro. Es loco eso. Antes vos te censuraba a alguien, vos lo puteabas, ahora no lo podes ni putear.
Hernanii
Esta semana empezó la prisión domiciliaria de Cristina Kirchner, el otro día hubo una gran marcha en apoyo. ¿Vos pensás que esta marcha es el principio de una resistencia o es una especie de despedida del peronismo de Cristina?
Leuco
Qué buena pregunta. Mi deseo es que sea el comienzo del fin. Yo defino a Cristina como la persona que más daño le hizo a la Argentina —mucho más que Néstor— y la que más daño le puede seguir haciendo en el futuro. Por lo tanto, me hubiese encantado verla derrotada electoralmente, porque así se entierran políticamente los mitos.
Ahora va a tener como una especie de vida extra por el tema de la victimización, la denuncia de persecución, de proscripción. La verdad, lo que yo deseo es que se vaya achicando y que el peronismo que gobierna —yo lo llamo así: los intendentes, los gobernadores— recuperen un lugar central, vuelvan a un peronismo razonable. Aunque no sé si es un oxímoron, pero digo: seguirá siendo peronismo, pero no esta variante extrema que apoya a los dictadores en el mundo y que mira con simpatía a Rusia y a Irán. Creo que va a ocurrir eso por una cuestión histórica: los liderazgos se sostienen con votos. Si ella no va a tener posibilidad de ser candidata y de demostrar que todavía tiene votos, por más que junte 200 o 300 mil personas, si no tiene voto y no arrastra listas, los intendentes y gobernadores van a empezar a armar otra movida. Puede ser algo peor, incluso, no sé. Pero creo que el hecho de no poder demostrar su potencial electoral la va a ir corriendo poco a poco del eje central de la política argentina.
Hernanii
¿Y cuánto tiene que ver esto con el triunfo de Milei? ¿En qué sentido creés que la sociedad cambió al votar a Milei para cerrar una etapa histórica y abre una nueva?
Leuco
En varios sentidos. Te voy a ser muy sincero. Hago periodismo político hace 40 años, conozco prácticamente a todos los dirigentes políticos, diputados, y hay un nivel de mediocridad impresionante. Incluso los que son más honestos y decentes… Corrupción claro que hay, muchísima, pero también mediocridad. Hay una cosa que me molesta mucho: el mantenerse en el cargo de por vida. Hay diputados, dirigentes que hace 30 años que no trabajan de otra cosa. Treinta años que viven de ser diputados, senadores, los enganchan desde subsecretarios de no sé qué. Eso terminó hartando a la gente.
El kirchnerismo con su cultura woke, su cancelación, su violencia, su agresividad autoritaria y su corrupción, terminó cansando a gran parte de la sociedad.
Entre otras cosas, el kirchnerismo con su cultura woke, su cancelación, su violencia, su agresividad autoritaria y su corrupción, terminó cansando a gran parte de la sociedad que dijo: “Basta, muchachos, que venga alguien”. Y creo que eso lo interpretó Milei —o era así naturalmente—, olfateó eso que estaba en la sociedad. Esa cosa de outsider pudo cosechar ese rechazo a la clase política. Pero mirá, aun a los dirigentes políticos con los cuales tengo una relación de muchos años —los conozco, voy a tomar un café, no solo para buscar fuentes—, aun así no se van, no se van nunca. Yo creo que dos períodos, esa es mi bandera: dos períodos y después andá a trabajar, hermano. Andá a trabajar de lo que sea, volvé a la actividad privada. Si sos un genio, después de dos, cuatro o cinco años vas a volver, pero más de dos períodos no podés. Perdés contacto con la gente, no tenés idea de lo que pasa abajo, no sabés lo que paga una despensa. Creo que esa explosión anti… Milei le llamó “casta”, pero si querés, anti clase política, la interpretó y se convirtió en el instrumento de la gente para castigar eso.
Hernanii
Tenemos una sección en el programa que se llama sobrevalorado o subvalorado, yo te voy a dar cuatro nombres y vos me decime si te parece que está bien valorado o está sobrevalorado o está subvalorado: Jorge Asís.
Leuco
Está sobrevalorado, sí, sobrevalorado. Yo soy un gran lector, me he leído prácticamente todos sus libros desde que era de la Fede, tuve relación con él porque estaba en la mesa esa en Clarín, pero últimamente es una caricatura de sí mismo.
Hernanii
Coti Nosiglia
Leuco
Y también, está sobrevalorado. En la época Alfonsín era realmente era un tipo con poder. Hoy anda, digamos, negociando cosas más chicas, menores, la universidad, la UBA. En algún momento fue un tipo muy poderoso y muy importante.
Hernanii
Pero tenía una visión, ¿te parece?
Leuco
Era un alfonsinista, tenía toda la mirada de Alfonsín y tenía esa luz por encima de sus compañeros de la Coordinadora o de esa generación del radicalismo. Yo escribí un libro sobre la Coordinadora, él tenía una visión, entre comillas, más peronista vinculada al poder. Los otros eran más socialdemócratas, más librepensadores, él tenía eso, una mirada más cercana al poder. Además es de Boca y a veces me lo encuentro en la cancha, pero…
Hernanii
¿La derecha de la izquierda que le decían en esa época?
Leuco
A él, la derecha de la izquierda. Sí, porque negociaba con los tipos grosos, ningún progre se tenía que reunir con Luis Barrionuevo, y él hacía negocios políticos con Barrionuevo. Pero digo, eso no lo hacía Freddy Storani, digamos, los otros integrantes de la cúpula de la Coordinadora, y él sí hacía eso y Alfonsín lo valoraba eso también porque era más realista, era mucho más pragmático, esa sería la palabra. Coti era el más pragmático de la Coordinadora.
Hernanii
La revista Hortensia.
Leuco
Extraordinario, un aporte invalorable a la cultura universal. No lo quiero poner a la altura de la Divina comedia porque me parece una exageración. Pero subvalorada por los porteños. Bueno, subvalorada tal vez con razón porque es un humor muy especial, pero no hay muchos antecedentes. Mirá vos, en ese sentido Córdoba es una usina cultural importante. No hay muchos ejemplos de revistas hechas en el interior que hayan tenido distribución nacional, que hayan lanzado muchos de sus integrantes, el Negro Fontanarrosa, Crist, y un fenómeno parecido es el de LV3, Cadena 3, desde Córdoba generó una cosa a nivel nacional como fue la Fundación Mediterránea, Los cordobeses en ese sentido somos muy chauvinistas. Cuando algo de Córdoba trasciende uno siente orgullo, aunque no coincida con muchas cosas. Yo no coincido demasiado con la Fundación Mediterránea, pero bueno, se han convertido en un tanque de ideas importantes para todo el país.
Hernanii
Pero existe el humor cordobés.
Leuco
Sí, claro que existe el humor cordobés. Yo no soy muy gracioso, como me gustaría ser, pero es un humor muy repentino, muy del momento, de observar lo que está pasando y sacar una conclusión corta con un apodo. Te cuento una muy cortita. Antes, ahora ya no es más, pero antes Movicom era Movicom Bellsouth, no sé si te acordas, con letras celestes. Partido Talleres-Belgrano, viene un tipo de Torneos y Competencias, está filmando la entrada a la cancha. Y aparece otro tipo con una B celeste, de plástico, una B de Belgrano. Y el periodista le dice: “Che, espectacular, ¿cómo hiciste esta letra?. “Bueno, mirá, es muy fácil, ¿ve ese cartel que decía Movicom Bellsouth? Ahora dice Movicom Ellsouth”. Me pareció tan gracioso, tan espontáneo, tan… Ese es el humor cordobés. El tipo se choreó la letra y lo reivindicaba con ese humor.
Hernanii
Cuando un cordobés dice negro sobre otra persona, ¿qué quiere decir?
Leuco
Es un afecto de la san puta, en su mayoría lo podés usar negativamente, pero “negrito”, “negro”. Mi primer jefe en el periodismo fue el Negro Gómez. Lo usamos con los jugadores (eso es otra de las cosas que me enferman de esa cultura de la cancelación) a mi ex mujer yo le decía “negrita”. Esas cosas son profundo afecto, profundo. Vos lo podés hacer para insulto también, pero básicamente es una palabra cercana, afectuosa.
Hernanii
Último de sobrevalorado- subvalorado: Fernando Bravo.
Leuco
Extraordinario, extraordinario. Fernando Bravo merece muchísimo más, es el último de los grandes. Te voy a contar una cosa: trabajé 18 años con Fernando. Varias veces me separé y volví. Él dice: “Te fuiste de casa y volviste al pie”. Yo me iba cuando me llamaban para conducir en radio, y después volvía. Fernando es un tipo sobre el que tengo varias columnas escritas, especialmente en sus cumpleaños. Una cosa que me gusta es que yo le dije: “Un gol lo hace cualquiera un domingo, un año de éxito lo puede tener cualquiera, pero vos tenés 50 años jugando en primera. Cincuenta años”. Hay un mérito ahí extraordinario.
Es un animador, es un maestro de ceremonia. Si uno lo escucha, aprende radio. Cada 10 o 15 minutos genera un clima de radio, le pone un moñito, distribuye el juego. Los climas de radio que crea… es un verdadero maestro. Es de la estirpe de Cacho Fontana, de Antonio Carrizo, de Héctor Larrea. Creo que tiene ese mismo estilo, y hay que disfrutarlo. Además, es un tipo extraordinario.
Hernanii
Y un poco se perdió eso, ahora los conductores de radio son como más periodistas políticos.
Leuco
Por eso ninguno le llega a los talones —por supuesto, me incluyo—, ninguno le llegamos a los talones a Fernando. Fernando reemplazó a mi hijo Diego en la radio. Diego dejó el periodismo: se fue de TeleNoche, se fue de Radio Mitre, dijo “Ninguno de mis amigos mira televisión abierta, ninguno de mis amigos escucha radio AM”, y se fue. Yo le dije que estaba loco, pero me demostró que no estaba nada loco.
Y va Fernando a ese lugar. El otro día me dice Diego: “Che, venía en la tarde en el auto escuchando a Fernando, me da vergüenza haber ocupado ese lugar. Yo hacía un programa bueno, me parece digno, pero Fernando la rompe, ilumina la radio, es maravilloso”. Fijate que Diego está contento con quien lo había reemplazado. Además, Diego empezó siendo productor de Fernando Bravo cuando era chiquitito, conmigo.
Hernanii
¿Qué recordás del Mundial 78 que te parece que la gente o el relato no recuerda? ¿Lo cubriste en Córdoba o en Buenos Aires?
Leuco
No, en Córdoba. En Córdoba trabajé como un animal 24 horas por día. Con todo lo que gané en el ’78 me compré un Fiat 600 cuando terminó. Trabajaba en el diario Córdoba escribiendo, era corresponsal de la revista Goles —cuyo jefe era Rolando Hanglin en ese momento— y comenté todos los partidos para la televisión de Canal 10, que es el canal de la Universidad. Me pasaba 24 horas dentro del estudio.
En esa época estaba obviamente muy influido por el PC y me acuerdo que queríamos instalar una consigna entre la gente que estaba festejando: “Menotti y Alfonsín”. Esa era la fórmula que se nos había ocurrido. Menotti, que también era bastante cercano al PC —no sé si militó alguna vez, pero todo el mundo lo creía—, y Alfonsín, que se lo veía como un líder de los derechos humanos.
Yo vi en Malvinas, adentro de la redacción de Clarín, agarrarse a trompadas periodistas que hoy son muy conocidos.
Yo creo que el ciudadano común no tenía conciencia plena en el ’78 de lo que estaba pasando. Los politizados sí teníamos conciencia, por supuesto. De hecho, en la redacción había muchas peleas por eso. Dirigentes de derechos humanos en el diario Córdoba querían que Argentina perdiera, por ejemplo, para que la dictadura no sacara pecho. Esa fue una discusión muy profunda que se dio después de otra manera con el mismo concepto en Malvinas. Yo vi en Malvinas, adentro de la redacción de Clarín, agarrarse a trompadas periodistas que hoy son muy conocidos, discutiendo si era un hecho justo recuperar las Malvinas —porque las islas son nuestras y nos corresponden— o si era el último estertor de la dictadura de Galtieri, que lo hacía solamente para eternizarse. Esa discusión que se dio en el Mundial 78… Yo estaba del lado de “muchachos, una alegría para el pueblo, a ver si la dictadura se va”. Nunca creí esa teoría de Roman Jakobson de que el fútbol es el opio de los pueblos. Nunca lo creí. He escrito algunas notas en contra de eso, me parece un reduccionismo. No creo que las revoluciones y la justicia de los pueblos se posterguen porque se gana un Mundial. Me parece una pavada eso, pero estaba muy presente en los 70 y en los 80.
Hernanii
Última, ¿Sos más bien optimista o pesimista?
Leuco
¿En lo personal o políticamente?
Hernanii
Las dos cosas.
Leuco
Mirá, yo soy optimista porque no hay tiento que no se corte. Yo creo que en los momentos más terribles del kirchnerismo, tanto como país como en lo personal —yo lo padecí mucho, la verdad que me cagaron mucho a trompadas—, siempre confiaba en que finalmente Argentina, con la educación pública que tenemos, con la historia que tenemos, iba a salir adelante.
Creo que tenemos una gran oportunidad ahora. Insisto: soy muy crítico, tengo una lista de 10 temas para criticar a Milei y tengo otra lista de 10 temas para elogiarlo. Entonces creo que con este click que se ha hecho en contra de las corporaciones, de los curros, de las mafias, tenemos una gran oportunidad. Ojalá… a veces Milei conspira contra eso, él mismo se tira tiros en los pies. Pero con este modelo económico, bajando la inflación, si se consolida políticamente y deja de insultar y de agredir y de cometer errores, yo creo que tenemos una oportunidad de arrancar otra vez y convertirnos en un país digno, un país próspero. Tenemos todos los elementos —no voy a ser original—, pero tenemos absolutamente todo. Nadie de mis amigos que vive afuera entiende cómo Argentina está como está.
Hernanii
Alfredo Leuco, muchas gracias por venir.
Leuco
Un gusto, maestro.
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