A poco de empezar con la redacción de este newsletter nos topamos con este hilo de tuits de Ignacio Labaqui —colaborador habitual de Seúl—, que pinta con una anécdota graciosa (y con Perón diciendo algo razonable, al menos por una vez) algo que ya todos sabemos pero nos obligamos a pasar por alto: el sistema político argentino decidió tomar como una cuestión de vida o muerte unas simples elecciones para concejales de la Capital.
Y decimos “concejales” y “Capital” no sólo porque lo viejo sirve, Juan, sino porque está muy bien que la Convención que reformó la Constitución le haya dado la autonomía a la ciudad de Buenos Aires, pero esta cosa de ser y no ser una provincia, de tener las mismas instituciones pero no del todo, este ni muy muy ni tan tan, nos ha dejado ciertas —digamos— inconsistencias. Por suerte a nadie se le ocurrió que debamos votar senadores por Barracas o Villa Santa Rita, pero bueno, ¿tantas ganas de votar legisladores vamos a tener? De última, alguien podría ver qué onda el Poder Judicial local, ya que estamos.
Estamos sufriendo entonces con la presencia mediática y en redes de una caterva de candidatos salidos de cualquier lado que nos prometen fórmulas infalibles para lograr la paz en Medio Oriente y el fin del calentamiento global desde una banca en el edificio de la calle Perú. Aunque también, para qué negarlo, nosotros también entramos en el juego del morbo de saber lo que la casssta quiere saber: quién gana y quién pierde entre los tres candidatos con más chances y cómo podría influir ese resultado en la política nacional.
Así las cosas, el que más tranquilo parece estar es quien se supone que lidera en las encuestas, el Leandro Santoro que no es hermano de Yamil, quien con su fiel cuartito de ciudad kuka viene manteniendo un perfil bajo y para nada peronista: ni marchita ni escudo justicialista ni dedos en V, su acto de cierre se pareció más a un mitin del Partido Verde de Noruega que a una lavada de patas en la fuente.
La cuestión pasa entonces por los otros tres cuartos, ahí en donde está la mayoría de independientes y los votos del centro a la derecha que La Libertad Avanza le viene soplando al PRO. Así fue entonces que los dos oficialismos, el nacional y el local, salieron en campaña a dar más —mucho más— de lo mismo. El mileísmo lo sacó al vocero Adorni de su rutina de conferencias de prensa que tanto parece divertirlo, y en estos últimos días reforzó la dosis con el León en persona, rugiendo todo tipo de insultos contra “los amarillos” cual general Holland Smith en la Batalla de Iwo Jima. En el acto del miércoles en Recoleta se vieron también escenas de peronismo explícito, una suerte de cosplay del Ezeiza del ’73, con las columnas gordodanistas-
El PRO, finalmente, muy jugado a defender su fortaleza porteña, también tuvo anoche su cierre, con el ya clásico escenario circular y todas sus caras conocidas. Con la mínima excepción de quienes hace menos de dos años fueron sus precandidatos a presidente de la Nación, hoy furiosamente opositores. Pero bueno, cosas que pasan. Nimiedades.
El mayor peso de la campaña le tocó en suerte a Silvia Lospennato, impulsora de la Ley de Ficha Limpia, proyecto que desde luego que fue convenientemente rechazado la semana pasada en el Senado, mirá si te lo iban a regalar. Y así como a Adorni se lo vio muchas veces relegado por la presencia del Javo, a Silvia se la notó también un poco incómoda por tener que llevarlo a todos lados a Miauricio como acompañante terapéutico.
En fin, que sea todo con salud y que vivamos otra fiesta de la democracia. Al final, somos todos argentinos, loco.

El Gobierno bajó el otro día los aranceles y los impuestos internos de celulares y otros productos electrónicos, una medida largamente esperada por quienes creemos que las ensambladoras de Tierra del Fuego tenían demasiados beneficios. Esto no toca el famoso régimen, que sigue en pie (desde hace 53 años) y permite a Mirgor, Newsan y otras compañías no pagar IVA. Pero sin la protección extra de los aranceles para importar y los impuestos internos van a tener que esforzarse para competir, al punto de que ya salieron los políticos y sindicalistas fueguinos a lamentar la decisión y a decir que están en juego la soberanía nacional y el futuro de la provincia.
Walter Vuoto, el intendente kirchnerista de Ushuaia, se mandó al frente solito cuando dijo que los ingresos de 6731 familias corrían peligro. ¿Solamente 6731?, nos preguntamos algunos al ver la cifra. ¿Llevamos medio siglo pagando teléfonos, heladeras y televisores carísimos para mantener a 6731 familias? Paguémosles el sueldo, el doble de lo que cobran ahora, ¡el triple!, pero terminemos con la ficción de que importar kits con todas las piezas y armarlas como Legos es industria nacional, porque no lo es.
Nos gusta que el sentido común sobre Tierra del Fuego haya cambiado. Creemos que en Seúl algún granito de arena pusimos para que se empiece a hablar de esto, absolutamente tabú hasta hace unos años. Los periodistas ya no se tragan tan fácil la pastilla de la industria nacional, los propios ciudadanos tuiteros se preguntan por qué hay que mantener algo así, los peronistas ya ni la pelean. Batalla cultural es esto, señores. Mucho más útil que enojarse porque las parejas homosexuales (?) abusan de sus hijos.

Se murió José “Pepe” Mujica, el pintoresco ex presidente uruguayo que hacía las delicias de los progres por su estilo campechano y ostentación de pobreza. Pero ese viejito simpático, a quien la crema y nata del kirchnerismo visitaba como si fuera Perón en Puerta de Hierro, y con quien se sacaban fotos tomando mate con cara de estar absorbiendo su sabiduría, había sido un joven no tan simpático guerrillero tupamaro. Por eso estuvo preso 13 años y fue torturado por la dictadura.
Apenas se conoció su muerte, el inefable Gordo Dan posteó en X “Uno menos”. Y recordó cuando Mujica afirmó que “no hay que ponerse delante de las tanquetas ” durante los violentos disturbios en Venezuela en 2019, episodio en el que una tanqueta de la dictadura atropelló a un manifestante.
Experto en llevarse la marca, la prensa in toto explotó de indignación y hasta el gobernador Axel Kicillof le pidió disculpas al pueblo uruguayo “por la falta de respeto del Gordo Dan a Pepe Mujica”.
Nosotros adherimos al adagio latino de que de mortuis nihil nisi bonum, así que lo recordamos al querido Pepe por aquella inmortal afirmación de que “la vieja es peor que el tuerto” y ese pedido a empresarios argentinos para que inviertan en Uruguay porque ahí “no te van a expropiar ni te van a doblar el lomo con impuestos”.
Claro que de ahí a despedirlo como si fuera Bilbo Bolsón liberado del Anillo Único, hay un trecho. No somos rencorosos, pero somos memoriosos.
Si te gustó esta nota, hacete socio de Seúl.
Si querés hacer un comentario, mandanos un mail.
Si querés suscribirte a este newsletter, hacé click acá (llega a tu casilla todos los viernes).
