(Sobre «La rebelde soledad de Juan José Sebreli», de Hernán Iglesias Illa)
Excelente nota sobre Juan José Sebreli. Coincido con el enfoque. Lo admiré, aunque no leí numerosos libros. Para mí era un genio solitario al que muchos jóvenes deberían leer. Por ejemplo, todo el proceso político y social que vive Argentina hoy, Sebreli lo describió en los ’90 en El vacilar de las cosas, editado por Sudamericana.
Su rebeldía, su cuasi ostracismo de muchos entornos de intelectuales y su plantarse con convicción frente a lo que consideraba criticable le valieron su soledad, pero también su originalidad y certeza en el análisis de los temas que proponía.
Por suerte, los escritores dejamos, al morir, nuestra obra.
Gracias, Sebreli. Descanse en paz.
—Silvia Bemaman
Hola.
Me gustaban las reflexiones de Sebreli. Lo seguía. De haber estado en Buenos Aires, hubiera ido al velorio al menos. Todos los personajes que ahí estuvieron son gente con pensamientos cercanos a los míos. Sentí mucho la muerte de Sebreli.
Sds,
—Dora Bendersky
(Sobre «La rebelde soledad de Juan José Sebreli», de Hernán Iglesias Illa)
Me encantó la nota de Hernán Iglesias Illia sobre la muerte de Sebreli. Deliciosas líneas que me fueron llevando a espiar la vida de un pensador que me encantó leer y escuchar.
¡Muchas gracias, Hernán!
—Claudia Nadal
(Sobre «La rebelde soledad de Juan José Sebreli», de Hernán Iglesias Illa)
¡Hola!
Soy suscriptora paga de Seúl y cada día me alegro más de serlo.
Esta nota sobre Sebreli —empezando por el excelente retrato de Ziperarte— me ha dado nuevos motivos para amarlos. No puedo creer que un pensador como Sebreli haya dejado esta ciudad en el silencio que se produjo. Quizás sea una revelación de lo que verdaderamente son los intelectuales de este país (metonimia permanente de la pretendidamente culta CABA).
Me enteré de su muerte por casualidad (y eso que vivo prendida a radios y podcasts) y luego no oí más de él hasta este artículo que les agradezco profundamente. Ojalá encuentren otros autores que nos lo recuerden con alguna frecuencia.
Ahora mismo vuelvo a él para meterme en todos los enlaces que incluyeron. Quiero seguir adentrándome en sus autorizadas opiniones y su arrobador discurso.
¡¡¡Gracias!!!
—Irma Ester Cohen
Estimados amigos,
Los llamo amigos porque, aunque no los conozca, siento que el diseño de Seúl es amistoso y porque lo que escriben tiene un tono de cordial conversación de café.
En relación a Sebreli, permítanme decirles que en la última reunión de directorio del Fondo Nacional de las Artes lo propuse para el Gran Premio que damos anualmente. Cuando estuve de presidente del jurado de los Premios Vocación Académica en la Feria Internacional del Libro, pude entregarle en vida el Premio Vocación de Oro en 1997.
Me hubiera gustado sumarme al pequeño séquito que lo despidió en la Chacarita, pero me encontraba en México en un congreso de mi especialidad, el arte funerario, justamente, el Día de los Muertos, y así se lo manifesté a su amigo más próximo, Marcelo Gioffré.
Les envío un cordial saludo y hago público este comentario porque quiero que sepan que desde mi humilde rol de funcionario ad honorem quise rendirle mi homenaje.
—Juan Antonio Lázara
Director (Letras, Patrimonio, Radio y TV)
Fondo Nacional de las Artes
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