Hoy charlamos con Raúl Stolk, director de los medios Caracas Chronicles y Cinco8, de quien publicamos ya una nota en Seúl. Lo llamamos para que nos cuente sobre las elecciones en Venezuela, que se llevarán a cabo el próximo 28 de julio, en las que el presidente Nicolás Maduro se enfrentará con el candidato de la oposición unificada, Edmundo González Urrutia. La candidatura de Urrutia se impulsó luego de la proscripción de la dirigente opositora María Corina Machado.
¿Cómo fue la inhabilitación de María Corina Machado?
La principal candidata de la oposición elegida en las primarias era ella. Arrasó en las primarias. Sin dudas, es por mucho la principal exponente opositora y el político venezolano con mayor popularidad. La inhabilitación que le hizo el Gobierno fue muy irregular, fue un invento. Ella misma no sabía que estaba inhabilitada. Nadie lo sabía. Fue una sorpresa. Es una inhabilitación supuestamente de hace un par de años.
Frente a esto, la línea de Machado fue mantenerse hasta el final. Muchos la consideran una oposición radical. Su estrategia política fue aguantar esa línea hasta estar muy cerca de la fecha límite de inscripción de candidatos, aunque sabía que no la iban a dejar postularse. Ahí, ella impulsó a otra candidata que la representa: la profesora Corina Yoris.
¿Y cómo se convirtió Edmundo González Urrutia en el candidato de la oposición unificada?
Para poder postularse en el tarjetón electoral, cada partido político necesita tener una tarjeta activa. Entre la oposición real, solamente hay tres tarjetas habilitadas. Una de ellas es la de la MUD, la Mesa de la Unidad Democrática, que es la principal aglomeración de partidos opositores. Después, hay otros dos partidos. Está el Movimiento por Venezuela y UNT (Un Nuevo Tiempo), liderado por Manuel Rosales, que es gobernador del estado de Zulia. Es un opositor de vieja data que tiene un vínculo cordial con el chavismo.
Se había llegado a un acuerdo de que las tarjetas de UNT y de la MUD incluyeran a Corina Yoris. Cuando llega el día de las postulaciones, el sistema no funcionó. En UNT inscribieron a Rosales para supuestamente no dejar la tarjeta desierta. Y la de la MUD quedó vacía. Entonces, para que la tarjeta de la MUD no quedara desierta, inscribieron a González Urrutia. Es un embajador de vieja data, viene del mundo diplomático. La mayoría del país no lo conoce.
Después de esto, María Corina y Rosales estuvieron varias semanas enfrentados. Por la manera en la que se había metido a última hora, y porque mucha gente no confía en él por su relación cordial con el chavismo. Piensan que él se va entregar. También es poco popular. Por eso, el chavismo le abrió todas las puertas para que se postule. Han insistido mucho en que el candidato opositor sea Rosales. La presencia de Rosales ayuda a diluir el voto de la oposición. Sienten que le pueden ganar; y si no, robarle las elecciones va a ser fácil.
Finalmente, la semana pasada se llegó a un acuerdo en el que Rosales declinó su candidatura para que la oposición quede unida en un solo bloque con la candidatura de Urrutia. Con esta decisión, Rosales le cambió el juego al chavismo, que está recalibrando su estrategia.
¿Puede Urrutia ganar la elección?
Veo muy difícil que Urrutia llegue a la elección, porque el Gobierno bajo ningún concepto va a dejarse ganar las elecciones. Esa lección la aprendieron en 2015 cuando perdieron la Asamblea Nacional. A partir de ahí, bombardearon el sistema y rompieron las instituciones. Decidieron no exponerse nunca más al riesgo de perder elecciones. De ahí vienen las elecciones ilegales de Maduro en 2018 que la Asamblea Nacional y los países de la comunidad internacional no le reconocieron. Ahí el chavismo aprendió que hace falta tener cierto viso de legitimidad.
El plan del Gobierno es lograr una elección con cierto grado de observación internacional, para que la reconozcan, aunque no sea del todo limpia. Por eso la insistencia en Rosales, un candidato que debilita y divide a la oposición. Ellos van a tratar de afincarse en que Rosales sea el candidato opositor y en evitar que Urrutia participe. Puede que intenten una posible suspensión de la candidatura de Urrutia. Van a tratar de neutralizar el problema desde temprano. Ese es el Plan A.
El Plan B es simplemente robarse la elección de plano. Y el plan C es un escenario donde no hay elección directamente. Puede que inventen una excusa, como una guerra falsa con Guyana, por ejemplo, para suspender las elecciones por seis meses.
¿En qué situación está el gobierno de Maduro respecto a la economía y los derechos humanos?
En los últimos años, el Gobierno buscó ofrecer una alternativa. Es una dictadura, pero la economía está mejorando. Aspiran a esto, pero es difícil lograrlo porque son ineptos y hay muchísima corrupción. A partir de 2019 hubo una oxigenación de la economía venezolana, con sus altos y bajos. Pero los problemas de base de la economía no se han solucionado. El daño hecho fue muy grande para revertirlo.
Y desde el punto de vista de los derechos humanos, en estos días se ha buscado apresar y perseguir a los colaboradores del grupo de María Corina. Siguen encarcelando periodistas. Detuvieron a un youtuber y después lo soltaron, porque sabían que se iba a hacer viral. Hay una amenaza sobre las ONGs, hay una amenaza de incluir dentro de la cadena perpetua a los crímenes de corrupción y traición a la patria, violando la Constitución venezolana. Sigue vigente la ley de odio. Si te expresás contra el Gobierno, te pueden meter preso.
¿Por qué el Gobierno de Maduro logra sostenerse en el poder a pesar de ser tan impopular?
Por el miedo. Esto es como la mafia. Dentro del Gobierno hay miedo a caer en desgracia y tener que irse del país. Eso los mantiene unidos a los chavistas. Y también hay mucho miedo en la oposición y la población en general, porque ya vimos lo que es capaz de hacer el chavismo. Su violencia ha traído mucho rédito. Gran parte de la población recuerda episodios anteriores, y no quieren manifestarse en las calles lanzando piedras porque saben que los pueden matar. Entonces, hacen campaña y van a votar en las elecciones, pero no salen a la calle. Lo que sostiene al chavismo es el miedo, en la población, en la oposición y dentro del propio gobierno también.
¿Qué se puede hacer para terminar con la dictadura y el autoritarismo en Venezuela?
El chavismo fue muy efectivo en aferrarse al poder. Maduro sí tiene poder, no es un títere como decían. La mayoría de los chavistas ven la permanencia en el Gobierno como una cuestión de vida o muerte, porque los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles. Puede darse un pacto de transición una vez que Edmundo González Urrutia gane. Se debería firmar un pacto de government sharing, donde compartan el gobierno. Quizá la única salida es que se haga una transición así, aunque no va a ser totalmente lo que quiere el Gobierno ni tampoco el ideal que quisiera la oposición.
Puede ayudar que haya una fractura interna, porque la alianza chavista está muy decepcionada con el hecho de no tener un líder carismático y popular como sí era Chávez. Esos roces pueden generar cierto resquebrajamiento.
Lo positivo es que es un régimen demasiado impopular. El rechazo es demasiado grande. Después de 25 años de régimen chavista y dictadura, hay una oposición que existe, que está viva, y que sigue fastidiando al Gobierno.
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