Hace unos meses empezó una campaña en las redes sociales que se llamaba #ElijoCreer. Se trataba de encontrar similitudes entre las situaciones y condiciones de la Selección del ’86 con esta que está en Qatar. Aparecieron miles de situaciones análogas a las del mundial de México que parecen indicadoras de que vamos a salir campeones del mundo otra vez. Quilmes se prendió e hizo un comercial llamado “Buscadores de coincidencias” con esta idea.
Lo de encontrar relaciones como forma de encontrar explicaciones no es algo de ahora. Haciendo operaciones matemáticas con las dimensiones de las pirámides de Egipto se puede obtener pi, phi y explicar la cuadratura del círculo. Lo mismo se podría hacer con las dimensiones de una caja de zapatos o, como decía socarronamente Alejandro Dolina, multiplicar los perímetros de las pirámides y dividirlos por sus alturas para que te den la edad de Graciela Borges.
El miércoles pasado hubo una conferencia organizada por la revista Crisis en el CCK donde expusieron el ministro del Interior Wado De Pedro, la antropóloga Rita Segato y el periodista Carlos Pagni bajo el título ¿Hoy nos volvemos a ilusionar? La insatisfacción democrática o cómo salir del estado de decepción . Por lo que dijo el organizador, Mario Santucho (h), la charla versaría sobre si a casi 40 años de la vuelta a la democracia la sociedad argentina seguía confiando en este sistema para resolver sus problemas.
El organizador propuso predisponerse a pensar abandonando los dogmas, pero no paró de tirar verdades de fe.
Hubo dos rondas de preguntas. El organizador propuso predisponerse a pensar abandonando los dogmas, pero no paró en sus 15 minutos de alocución y hasta en sus preguntas de tirar verdades de fe, como en la primera que le hizo a De Pedro, que empezó así: “El peronismo es, sin dudas, el movimiento más importante de la Argentina, y en su modo de comprender al país anida la idea de un conjunto de corporaciones que impiden la democratización efectiva…”
Esperablemente, Wado respondió que el peronismo, y particularmente su generación, es la única fuerza política autónoma a los designios del poder real. Y Juntos por el Cambio, y más específicamente el PRO, es el órgano de superficie de la dictadura. Nada por fuera de lo que se puede leer en Página/12 a diario. Pagni estuvo cortés con los anfitriones, el resto de los expositores y la platea. Estaba de visitante y en una categoría muy superior al resto como para jugar en serio. Lo de Pagni tuvo categoría de exhibición y no de partido por los puntos.
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Rita Segato, como el alumno al que en la bolilla del examen le toca historia de Egipto y arranca diciendo que los fenicios eran un pueblo comerciante, se olvidó del título de la conferencia y de la pregunta específica para hablar sobre poder y aborto. Se preguntó: ¿qué relación tiene un dueño de grandes riquezas con una mujer embarazada, es decir, con alguien que quiere abortar? Ella dijo que era evidente que las grandes fortunas respaldan políticas cuyos discursos son feroces con relación al cuerpo de una mujer. Y copio textualmente su evidencia:
Creo que nuestros antagonistas de proyecto histórico, los que no son del campo crítico, o sea los grandes dueños, saben por qué es tan importante poner en el foco del mal a la figura de la mujer. Y como uno de los temas fundamentales [es poner en foco] el discurso en contra del aborto. Para mí es incomprensible, pero ellos lo saben. Hay que entender qué saben que nosotros no sabemos. Uno de los temas es el poder. Es necesario y absolutamente indispensable darse cuenta que es imposible conocer, saber y espiar al poder real ¿Qué conoce? ¿Cómo pacta? ¿Cómo se asesora? Es decir, cómo el poder toma sus decisiones y decide sus estrategias no se puede saber. Si hay un predicado del poder es el secreto.
Ella reconoce que no sabe la razón, motivo o circunstancia por el cual los ricos están en contra de la legalización del aborto, pero sí sabe que los ricos saben por qué. Es más, asegura que es imposible saber cómo piensan o cómo deciden los ricos porque el predicado del poder es el secreto. Cómo hace para conocer lo que ella define como inextricable, no lo sé, pero lo interesante es que en ningún momento duda de que los ricos estén en contra del aborto. De eso no duda, y como de eso no duda construye toda una teoría irrefutable. También elige creer como método.
Son los mismos argumentos de los de la derecha ultramontana –sólo que esta incluye a los judíos–, que cree Soros y su fundación están detrás de la despenalización del aborto. Es como decía Karl Popper sobre la teoría del complejo de inferioridad de Alfred Adler, que podía usarse tanto para explicar una cosa como para explicar la opuesta.
La locura ocultista
El kirchnerismo es muy afecto al esoterismo. Siempre hay fuerzas ocultas que todo lo digitan. El propio Pagni lo resumió el viernes: “En todo relato de rasgos paranoides, el sujeto persecutorio debe ser una máquina perfecta”. Y el ocultista se la pasa buscando coincidencias como los protagonistas del comercial de Quilmes y símbolos que refuercen sus preconceptos. Por eso es que Macri pasó de ser un boludo al que se le chantaba “bienvenido a la política” a un genio del mal que controla todos los hilos. Hasta el arbitraje de la FIFA, según Cherquis Bialo, para evitar que Argentina salga campeón y así hacerle daño al gobierno popular de Alberto.
Por eso es que Macri pasó de ser un boludo al que se le chantaba “bienvenido a la política” a un genio del mal que controla todos los hilos.
El momento cúlmine de toda esta locura ocultista en la que el kirchnerismo ha ingresado se observó en la respuesta de Wado De Pedro a la segunda pregunta. El ministro del Interior ya se había embalado hablando de todos los logros del gobierno de Néstor y Cristina: la caída en la desocupación, el aumento del PBI, el aumento de las exportaciones, la distribución del ingreso, la caída en las tasas de pobreza e indigencia y que toda la crisis actual era producto de los cuatro años del gobierno de Macri. Embriagado porque a todo le encontraba explicación, dijo que Macri había endeudado al país por 84 mil millones de dólares para “la fuga”, y agregó: “Es muy interesante cómo en el fallo de ayer el Tribunal estableció como monto del decomiso 84.000 millones. Siempre jugando con lo simbólico”. Elige creer.
Todo esto podría ser tomado para la chacota, o les podríamos dar la razón como a los locos. El problema es que cuando a estas coincidencias se les da carácter de científicas, la explicación de si no salimos campeones del mundo no será que porque las otras selecciones son mejores, sino que porque el campeón es ilegítimo.
Lo mismo podría suceder si el kirchnerismo avizora una derrota catastrófica en la elección del año que viene. ¿Cómo a ellos, que son los defensores del pueblo, o más aún, la encarnación del pueblo, éste les puede dar la espalda en las urnas? La única explicación que le encontrarían sería lo ilegítimo del proceso electoral. Ya sea porque hay proscripción a través del lawfare o porque el aparato mediático corporativo confunde la mente de los electores o por lo que fuera.
Eso negaría lo único en lo que toda la clase política está de acuerdo desde 1983: que, nos guste o no, sea por los motivos que fueran, lo único que da legitimidad para detentar los cargos políticos es el sufragio popular. Porque en democracia, vox populi, vox Dei, y el sólo conjeturar que hay un Dios detrás de Dios legitimaría a aquellos que cuando pierden sólo se les ocurre patear el tablero.
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