Espíritu de escalera

#6 | Así que también estás en ésta

A veces nuestros mejores tuits, como nuestros mejores chistes, no tienen el reconocimiento que se merecen.

Una tarde en La Biela, Guillermo Cherashny contó que en los años de plomo una patrulla del Ejército lo fue a buscar a la casa de la madre para chuparlo. Él, a principios de los ’70, había tenido militancia estudiantil en la Facultad de Derecho e integraba la Juventud Radical Revolucionaria. Como a él ya le habían pasado el dato de que lo andaban buscando, se había rajado de la casa materna. Esa patrulla militar pateó la puerta de su casa y encontró solamente a la madre. Mientras los suboficiales registraban la casa, el capitán a cargo se quedó junto a la madre, que temblaba de miedo. El capitán puso su pata emborceguinada sobre un sillón, prendió un cigarrillo con un fósforo y empezó a mirar todo lo que lo rodeaba. En un momento vio colgada sobre la pared una estrella de David. Ahí fue cuando exclamó: “Ahhhh, ¡así que también están en ésta, eh!”

No sé si habré podido transcribir la anécdota con la suficiente potencia como para que puedas representarte a ese capitán. Si hasta los generales son básicos, imaginate lo que sería ese oficial. La cantidad de preconceptos y prejuicios que se le habrán venido a la mente. Todos sus estereotipos acendrados se confirmaban. Había tenido una verdadera epifanía.

Siempre me pareció muy graciosa la anécdota y la uso permanentemente. Alguien me dice “Ayer fui a la cancha de Boca” y le respondo “Ahhhh, ¡así que también estás en ésa, eh!” Lo digo como poniéndolo en el lugar del que ya tiene muchos defectos y con éste, en este caso ser hincha de Boca, termina de completar todos los casilleros.

El otro día el kirchnerista Antonio Aracre dijo que el hecho de ser gay no le impedía solidarizarse con los abuelos y padre de Lucio Dupuy, asesinado por su madre y su pareja, ambas lesbianas. Esta estupidez de solidarizarse con gente que comete delitos por el simple hecho de compartir una elección sexual o, como Agustín Pichot, que se solidarizó con los padres de Fernando Báez Sosa porque los asesinos jugaban al rugby, merecería ser tratado en otro newsletter más adelante.

Yo aproveché para meter el “Ahhh, ¡también estás en en ésta, eh!” como espetándole que además del defecto de ser kirchnerista también tenía el defecto de ser gay. Me pareció que era un buen chiste, que iba a merecer unos cuantos favs y RT (el rating de Twitter), pero después de seis horas sólo tuvo 2 RT y 16 favs, lo cual es mucho menos de lo que esperaba. Meto este tipo de chistes, a veces mejores y a veces peores, y sé cuando alguno va a tener éxito y cuando no.

Tal vez fue la hora, que no expresé bien la idea de la anécdota que daba origen a este tuit u otra razón, pero me inclino pensar que da algo de miedo de retuitear algo así y que te tachen de antisemita o de homofóbico, y me acordé del dentista de Seinfeld que quería ser judío para poder hacer chistes de judíos.

Riquelme

En febrero de 1984, en plena crisis económica y con la moral por el suelo por la derrota en la Guerra de Malvinas, fui a un asado que le ofrecían a mi padre sus antiguos amigos del pueblo pampeano Bernardo Larroudé. Cuando empezó la charla de política, todos le echaban la culpa de la situación socioeconómica a la falta de democracia. Mi padre interrumpió y dijo: “En Boca nunca hubo golpes de Estado y sin embargo está fundido”.

Para ese entonces, Boca vivía una situación dramática que lo llevó a pedir la intervención del Poder Ejecutivo Nacional. El plantel de jugadores estaba en huelga y la situación económica era tan mala que estuvieron a 48 horas de que rematen La Bombonera.

La dupla Alegre–Heller saneó institucionalmente al club, aunque lamentablemente no pudo traducir esto a éxitos deportivos. A fines de 1995, asumió Macri y con orden y disciplina institucional, sumados a la racionalidad deportiva, logró la mejor época de la historia del club (y tal vez de todos los clubes argentinos). Dieciséis títulos, entre ellos cuatro Copas Libertadores y dos Intercontinentales.

El triunfo de Amor Ameal en 2019 se debió fundamentalmente a que el ídolo de la hinchada, Juan Román Riquelme, decidió integrar esa lista como Vicepresidente 2º. Riquelme fue un jugador exquisito, pero siempre tuvo un comportamiento complicado. Camarillero. Armaba ranchada en el vestuario para tomar mate sólo con sus amigos, dividiendo el grupo. Nunca fue un líder positivo. Siempre hizo declaraciones insidiosas. Un tipo complicado.

Pese a que todos los socios de Boca sabían de ese comportamiento, que podría ser tolerado como jugador porque más que compensaba con su juego, fue elegido como mandamás del fútbol boquense. Es decir que lo eligieron por sus defectos, no por sus virtudes.

Pese a que durante la presidencia de Macri en Boca la hinchada pudo cosechar los éxitos producto del orden administrativo y de la disciplina presupuestaria, no como le sucedió a Macri en la Nación, la gente volvió a votar el desorden y la indisciplina. Y ahora sufren los resultados deportivos.

Bercovich

A Alejandro Bercovich lisa y llanamente lo detesto. No me caben ninguna de las generales de la ley para con él. No es ni mi deudor ni mi acreedor; no es amigo ni enemigo; nunca disputamos la misma mujer. Él ni siquiera sabe de mi existencia y yo ni siquiera me lo crucé personalmente. Mi repulsión hacia él no es por lo que hace sino por lo que es.

Berco es el típico exponente del que es socialista porque está convencido de que en una sociedad más justa, no como en esta injusta capitalista, él tendría más de lo que tiene aún. Tiene su propio programa en un horario central de una radio muy escuchada y un programa semanal de política en C5N. Por lo que cuenta en radio, se ve que no le va nada mal en lo económico, pero el cree que merece más aún.

Su mujer, Ángela Lerena, fue a Qatar como comentarista de ATC. No me interesa decir por qué puede haber sido elegida. De hecho, cumplió con su función dignamente. Pero para su marido, ella no es simplemente una excelente comentarista de fútbol, es alguien que abrió las puertas para que miles de otras mujeres tomen el coraje suficiente para, pese al patriarcado, animarse a cumplir sus sueños.

Claro, cuando en lugar admirar en la tarea que realiza tu compañera de vida la capacidad para decir con precisión los nombres de los jugadores, su velocidad de articulación, su vista periférica para contar lo principal y no perderse de lo que ahora es accesorio pero puede ser central décimas de segundos después, todas cualidades muy valorables, ves a una adalid de la lucha contra miles de años de patriarcado, es lógico que pese a tus jugosos ingresos sientas que lo realmente justo sería aún más.

Nos vemos en 15 días.

 

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Ergasto Riva

Licenciado en Administración. Doctorando en Cs. Económicas. Autor de 'La Moneda Virtual' (2012). En Twitter es @ergasto.

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